Cuando se habla de digitalización, del olvidarnos del papel, de ser más eficientes en los procesos y en la relación con otras empresas o clientes, pensamos en una gran organización, que tiene grandes necesidades y buena capacidad de inversión. Pero la realidad es bien distinta. El tejido empresarial de España lo forman sobre todo empresas pequeñas o microempresas. Por eso o digitalizamos a las pymes o no habrá transformación digital.
Porque consiste más en digitalizar al pequeño comercio, al bar de barrio o a la peluquería, que grandes empresas que en su mayor parte ya han iniciado el proceso. Porque la realidad es que queda mucho por hacer. Y no se trata solo de tener o no tener presencia en Internet. No podemos reducirlo solo a tener una página web, hay que crear toda una estrategia de negocio digital.
Se trata de tener sobre todo más control del negocio. Mejores datos que nos hagan reaccionar a tiempo a tendencias del mercado. Que no nos enteremos al cabo de 10 años que a nuestros clientes ya no quieren churros para desayunar o que las croquetas caseras se han vuelto cocina groumet. Un bar de barrio no pasará de hacer callos a dar ramen porque sea tendencia, pero seguro que si puede darle una vuelta a los platos que tiene para lograr captar la atención de nuevos clientes.
A su vez mayor control de ventas, de costes, de encontrar el beneficio, saber potenciar la venta cruzada o fidelizar a los clientes que alguna vez han sido pero no han vuelto. Aquí hay mucho margen de acción, porque la mayoría de los negocios hacen poco o nada.
Lo mismo podemos decir en temas como marketing digital, que no necesariamente tiene que estar enfocado a captar al cliente más digital, sino que muchas veces puede ayudarnos a hacerle la vida un poco más fácil a nuestro cliente de toda la vida, pero utilizando herramientas más eficientes.
Hay mucho por hacer. Y en muchos casos ni siquiera saben por donde empezar. Lo cierto es que o las pymes se transforman o van a tener muy complicado competir en un mercado cada vez más global, más deslocalizado y donde la competencia de gigantes de Internet que llevan sus productos a casa de los clientes en pocas horas lo ponen todo muy difícil.