Jesús
María.
El
31
de
diciembre
se
hará
una
fiesta
para
despedir
el
año
en
el
parque
de
la
Estancia
de
Jesús
María-Museo
Jesuítico
Nacional,
organizada
por
particulares.
El
director
del
museo,
Mgter.
Carlos
Ferreyra,
respondió
a
las
críticas
y
dio
un
panorama
de
la
situación
de
la
institución
a
su
cuidado,
en
una
extensa
nota
que
concedió
a
Radio
Jesús
María.
Ferreyra
minimizó
los
efectos
que
podría
tener
el
evento
en
el
lugar
y
sus
colecciones,
habida
cuenta
de
los
recaudos
acordados
con
los
organizadores.
“En
este
evento
ni
siquiera
van
a
usar
los
baños.
Está
tan
lejos
del
edificio…”,
ejemplificó
en
un
momento.
También
explicó
que
han
medido
los
decibeles,
han
marcado
dónde
irán
los
parlantes
de
tal
manera
que
estén
ubicados
hacia
el
río
y
estiman
que
el
impacto
será
similar
al
de
la
última
fiesta
del
vino
que
se
realizó
en
el
lugar,
en
la
que
hubo
800
personas
y
“nadie
dijo
nada”,
Tampoco
cree
que
sea
comparable
con
la
realización
de
El
Patio
de
Doña
Pipa
y
el
Festival
Nacional
de
Coma
y
Folklore
funcionando
en
conjunto
durante
10
a
12
días,
ya
que
esta
fiesta
sólo
durará
cinco
horas,
En
otro
tramo
de
la
conversación
Rosario
Tavares,
consignó
que
“desde
las
propias
autoridades
de
la
Nación
dijeron
‘fíjense
en
la
forma
de
vincularse
con
las
empresas
y
tratar
con
los
empresarios
(…)’”.
Dificultades.
El
Museo
tiene
16
mil
objetos,
ocho
edificios,
125
puertas
y
ventanas,
470
vidrios,
270
árboles,
acequia,
lago,
pircas,
huerto,
viñedos.
Mantener
todo
esto
requiere
de
un
presupuesto
que,
por
ahora,
no
está
llegando
desde
la
Nación.
En
tal
sentido,
Ferreyra
dijo
que
“esta
propuesta
–la
fiesta
de
fin
de
año-
nos
permitió
cerrar
un
año
muy
difícil;
a
nivel
económico
muy
difícil
para
todos
los
museos
nacionales”.
En
parte,
los
recortes
repercutieron
en
el
funcionamiento
de
estos
sitios
histórico-culturales.
Por
otra.
“hubo
un
cambio
de
dependencia
muy
grande
al
pasar
del
Ministerio
de
Capital
Humano
a
la
Secretaría
General
de
la
Presidencia;
eso
atrasó
mucho
la
cuestión
administrativa”
y
no
se
aprobaron
las
obras
de
infraestructura
más
grandes.
Pese
a
esta
coyuntura,
pudieron
hacer
eventos
y
trabajar
junto
a
empresas
y
vecinos
que
acompañaron
las
propuestas.
Al
mismo
tiempo,
lograron
hacer
pequeños
arreglos
con
aportes
de
privados.
Con
respecto
a
la
recolección
de
firmas
en
marcha,
respondió
que
“la
gente
que
esté
preocupada
puede
hablar
conmigo;
podemos
ver
la
forma
en
que
nos
ingrese
dinero
a
través
de
la
Asociación
de
Amigos,
que
por
suerte
la
tenemos
al
día
en
Personerías
Jurídicas”.
“Si
me
dicen
‘no
queremos
que
hagas
más
cosas
con
empresarios,
nosotros
te
juntamos
tanto
dinero
por
mes’,
con
gusto
le
hacemos
Factura
de
la
Asociación
de
Amigos
y
no
hay
problema
-añadió-.
Yo
celebro
muchísimo
que
la
gente
se
preocupe.
Eso
demuestra
que
la
gente
está
prestándole
atención
al
Museo”.
En
cuanto
al
beneficio
que
obtiene
el
museo
con
estos
eventos,
aclaró
que
no
tiene
un «tarifario»
y
que
no
se
cobra
un
alquiler:
“Es
una
donación
a
cambio
de
una
contraprestación”.
Tampoco
significa
que
se
harán
fiestas
siempre
y
con
cualquier
motivo:
“Una
fiesta
particular
no,
porque
el
Museo
no
puede
ser
competencia
desleal”.
Para
concluir,
recalcó
que
quienes
tengan
dudas,
ideas
o
ganas
de
participar
encontrarán
las
puertas
abiertas:
“Vayan
y
hablen
conmigo
y
después
firmen
lo
que
quieran
(…)
Si
la
autoridad
no
responde,
firmamos
y
hacemos
lo
que
queremos”.
“Ese
patrimonio
no
se
cuida
con
la
calentura
de
las
redes
sociales;
todos
los
días
trabajamos
28
personas
para
que
no
se
caiga”,
insistió.
30-12-2024