Nacho Russo, el hijo de Miguelito que la rompió ante el Rojo: «No pienso en mi apellido»

Uno
de
derecha.
El
otro,
de
zurda.

Ignacio
Russo
abrió
el
camino
para
el
triunfo
de

Instituto
ante

Independiente
con
dos
goles
cuando
apenas
iban
diez
minutos.

El
punta
de
23
años
es
hijo
de
Miguelito,
técnico
de
Central.

“Seguramente
mi
papá
lo
vio.
Ahora,
de
grande,
está
más
sensible.
Constantemente
hablo
con
mi
viejo,
de
fútbol,
de
la
vida
misma,
de
cosas
que
nos
van
sucediendo
a
cada
uno.
Me
dice
que
mire
para
adelante,
que
estoy
bien,
que
le
siga
metiendo
y
que
esté
siempre
enfocado”,
comentó
el
atacante.
Y
se
refirió
al
peso
de
su
nombre:

“Del
tema
del
apellido
no
me
doy
cuenta
hasta
que
pasan
las
cosas.
No
pienso
en
eso,
yo
soy
Nacho
e
intento
hacer
mi
camino,
meter
la
mayor
cantidad
de
goles
posible”.

Russo
destacó
una
de
las
fortalezas
de
la
Gloria:
“Llegamos
con
la
pelota
parada.
Somos
un
equipo
duro,
intenso.
Para
ganarnos
tienen
que
superarnos
mucho”.
El
punta
también
aprovechó
para
elogiar
al
técnico:

“Dabove
tiene
mucho
manejo
de
grupo
y
nos
transmite
mucha
tranquilidad.
Nos
da
serenidad
y
mucha
competencia
interna.
Y
eso
nos
hace
estar
alertas.
Hasta
último
momento
uno
no
sabe
si
juega.
Eso
te
hace
estar
expectante
y
cuidar
el
lugar
como
nunca.
Si
bajás
un
poquito
el
nivel
podés
perder
el
lugar”.

Russo
también
hizo
un
poco
de
autocrítica.
“Nosotros
con
el
2-0
a
favor
no
podemos
permitir
que
nos
hagan
un
gol
tan
zonzo,
para
que
no
se
metan
en
partido”.
Y
contó
que
su
paso
por
Patronato
le
sirvió
para
acostumbrarse
al
roce
físico:

“Lo
de
chocar
lo
aprendí
en
el
Nacional
B.
Fui
a
curtirme
un
poco.
Hoy
las
pelotas
las
olfateé.
Sabía
que
me
iban
a
quedar,
que
tenía
que
estar
ahí,
alerta”.