Abdelaziz Bouteflika. Foto: EFE (archivo).
El expresidente de Argelia y el hombre que marcó la historia del país africano con sus dos décadas en el poder, Abdelaziz Bouteflika, falleció a los 84 años, dos años después de verse obligado a renunciar presionado por masivas protestas en las calles y el final del apoyo de uno de sus más importantes aliados, el Ejército.
«Muere el expresidente Abdelaziz Bouteflika», informó un mensaje transmitido por la televisión pública argelina, citada por la agencia de noticias AFP, y luego la oficina de la Presidencia del país lo confirmó.
En 2019, su intención de buscar un quinto mandato consecutivo, cuando su otrora imagen popular ya estaba desgastada y muy cuestionada, desató una ola de protestas masivas en las calles que terminaron sellando su final político. Bouteflika aspiraba a seguir en el poder pese a que en 2013 había sufrido un infarto y, desde entonces, prácticamente ya no se lo veía en público.
Bouteflika combatió durante las décadas de 1950 y 1960 por lograr la independencia de Francia.
A los 25 años fue nombrado canciller, y se codeó con pares de todo el mundo, como el estadounidense Henry Kissinger, durante la Guerra Fría, cuando Argelia estaba atada a la Unión Soviética.
En uno de los episodios más famosos de su vida, Bouteflika negoció con el mercenario extremista venezolano Carlos «El Chacal» la liberación de ministros de Energía que habían sido tomados de rehenes en 1975 en un ataque a la sede de la OPEP en Viena.
Más importante aun, ayudó a reconciliar a Argelia luego de una década de guerra civil entre el Ejército e islamistas radicales, que dejó unos 200.000 muertos en la década de 1990 y que casi devastó el país.
En 1999, asumió formalmente el poder y se convirtió en el séptimo presidente del país africano desde su independencia en 1962.
Durante sus 20 años en el poder, la edad, la enfermedad y las continúas denuncias de corrupción sobre sus Gobiernos minaron su carismática figura. Escándalos de corrupción en obras públicas también lo persiguieron por años y salpicaron a muchos de sus colaboradores más cercanos.