Comenzaremos preparando el relleno de nuestros emparedados, la carne especiada, que prepararemos como si estuviéramos haciendo unas albóndigas. Mezclaremos la carne picada con un huevo, unas rebanadas de pan mojadas en leche, y lo sazonaremos con nuestras especias preferidas.
Además de sal y pimienta, podéis probar a usar curry, especias marroquíes o hierbas provenzales, por daros unas cuantas ideas. Yo en esta ocasión, usé una mezcla de hierbas mediterráneas y puse una cucharadita de pimentón picante, pero cualquier aliño de vuestro gusto le irá bien.
Cuando esté bien mezclado, preparamos una sartén con aceite abundante y la ponemos a calentar, mientras montamos los emparedados, para que el aceite esté bien caliente cuando los tengamos listos. Cortamos el calabacín en lonchas finas, y vamos formando los emparedados colocando un pegote (dos cucharaditas de postre) de carne especiada sobre cada rodaja y tapándola con otra rodaja de calabacín.
Una vez tapados los miniemparedados, los pasamos por harina y huevo, y los freímos inmediatamente con el aceite muy caliente. Conviene freírlos en varias tandas para que no se enfríe el aceite, ya que entonces, nuestro relleno podría salirse del emparedado. Los escurrimos en papel de cocina absorbente y los llevamos a la mesa.