Starship
ha
sufrido
su
mayor
revés
en
años.
Dos
explosiones
consecutivas
han
disparado
los
rumores
de
que
algo
va
mal
con
las
últimas
mejoras
de
diseño
de
la
nave.
Elon
Musk
acaba
de
responder
a
estos
rumores
a
su
manera,
afirmando
que
el
cohete
más
grande
del
mundo
será
lanzado
a
Marte
el
año
que
viene.
«Starship
partirá
hacia
Marte
a
finales
del
próximo
año,
llevando
Optimus
como
carga»,
escribió
el
empresario
en
alusión
a
los
robots
antropomórficos
de
Tesla. «Si
esos
aterrizajes
salieran
bien,
los
aterrizajes
con
humanos
podrían
empezar
en
2029,
aunque
son
más
probables
en
2031».
Las
fechas
son
optimistas,
pero
no
arbitrarias.
Las
ventanas
de
lanzamiento
entre
la
Tierra
y
Marte
ocurren
cada
26
meses,
cuando
la
posición
relativa
de
ambos
planetas
permite
trayectorias
más
eficientes,
con
un
menor
gasto
de
combustible.
La
próxima
ventana
de
lanzamiento
se
abrirá
en
noviembre
de
2026.
SpaceX
planea
enviar
alrededor
de
cinco
Starship
no
tripuladas
a
Marte
durante
la
próxima
oportunidad
de
lanzamiento.
Las
naves
llegarían
al
planeta
rojo
seis
meses
después,
poco
antes
de
la
fecha
prevista
para
Artemis
III,
la
primera
misión
tripulada
a
la
Luna
desde
1972.
Starship
es
una
parte
fundamental
de
la
misión
lunar
de
la
NASA,
y
a
su
vez
el
mayor
contrato
público
del
cohete,
pero
Musk
ha
dicho
que
la
Luna
es «una
distracción»
y
que
la
prioridad
de
SpaceX
es
colonizar
Marte,
un
objetivo
que
luego
adoptó
Donald
Trump,
por
lo
que
el
futuro
del
programa
Artemis
es
incierto.

Imagen
filtrada
de
Starship
34
con
varios
motores
menos
por
la
explosión
Tampoco
Starship
está
en
su
mejor
momento.
El
cohete
de
123
metros
de
altura
estrenó
una
nueva
versión
de
su
segunda
etapa,
Starship
Block
2,
en
enero.
La
nave
ha
explotado
en
dos
vuelos
consecutivos
desde
entonces:
-
En
el
vuelo
7,
por «oscilaciones
armónicas»
que
desencadenaron
una
fuga
de
propelentes,
un
incendio
de
motor
y,
finalmente,
la
desintegración
de
la
nave -
En
el
vuelo
8,
por
un «evento
energético»
que
causó
la
desaparición
de
varios
motores
y
provocó
la
pérdida
de
control
de
la
nave
hasta
su
autodetonación
El
segundo
fallo
disparó
un
reguero
de
filtraciones
y
rumores
que
pusieron
en
entredicho
el
rediseño
de
la
nave.
Primero,
una
fuente
misteriosa
filtró
una
imagen
de
Starship
34,
la
del
vuelo
8,
con
varios
motores
desaparecidos
tras
la
explosión.
Después,
la
misma
fuente
afirmó
que
la
causa
raíz
del
problema
había
sido
la
misma
que
en
el
vuelo
anterior:
vibraciones
en
los
tubos
que
llevan
combustible
y
oxígeno
a
los
motores
Raptor
de
vacío
(RVac),
un
fallo
de
diseño
garrafal.
Según
este
filtrador
anónimo,
las
vibraciones
empeoran
a
medida
que
se
van
vaciando
los
tanques
tras
la
separación
de
etapas.
Cuando
los
tanques
están
llenos,
el
líquido
ayuda
a
amortiguar
las
vibraciones,
pero
al
vaciarse,
las
vibraciones
aumentan
hasta
provocar
roturas
en
las
tuberías.
De
ser
así,
este
problema
ocurre
en
el
compartimento
de
motores,
una
parte
no
presurizada
del
cohete
que
SpaceX
llama «aft»
(o
popa)
y
que
podría
ser
parcialmente
rediseñada
en
próximas
versiones
del
cohete.
A
pesar
de
estos
rumores,
Elon
Musk
dijo
que
el
vuelo
8
había
sido
un
revés
menor
y
que
Starship
estaría
lista
para
volar
de
nuevo
el
mes
que
viene.
Imagen
|
SpaceX
En
Xataka
|
No
es
que
Elon
Musk
haya
conseguido
introducir
su
influencia
en
la
NASA.
Es
que
ha
entrado
arrasando