Nunca dejará de asombrarme que los anglosajones, especialmente los estadounidenses, consideren los huevos como comida de desayuno, resultándoles incluso extraño o una extravagancia preparar algo con ellos para la cena. Somos culturas con tradiciones diferentes, eso está claro, pues para nosotros los huevos son el ingrediente más versátil que siempre nos soluciona una cena exprés.
Y con exprés no exagero al referirme a esta receta, mi plato comodín favorito cuando quiero algo rápido, sano, rico en proteínas y saciante, para el que no necesito sacar la sartén ni echar mano del aceite. La técnica de los huevos revueltos de agua del chef Daniel Patterson me sorprendió gratamente cuando la probé la primera vez, y la hemos repetido a menudo en casa.
Es además muy fácil de preparar, dominando los pasos rápidamente en cuanto la has hecho una vez. En cuestión de cinco o seis minutos ya tendrás tus huevos revueltos listos para comer, tardando solo el tiempo que le lleve al agua de la cazuela a llegar a ebullición. Si piensas acompañarlos de alguna guarnición, como una ensalada ligera, jamón, queso, tomate aliñado o algo de pan, será mejor que lo tengas todo listo antes de ponerte a cocinar.
Utiliza huevos muy frescos de buena calidad para que no contengan mucha agua en su interior, y no te saltes el paso de colarlos primero en un colador de malla fina o tamiz para retirar ese exceso de humedad. Bate los huevos sazonados solo removiendo con suavidad, no queremos añadir demasiado aire, y forma un remolino en el agua hirviendo antes de echarlos y tapar rápidamente la olla. Después de 20 segundos, apaga el fuego y ya los puedes sacar con una espumadera fina o araña.
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