
Cada movimiento de Messi genera lo que genera. La mayoría de las veces, fútbol, goles y fantasías. Pero en un momento del arranque del partido, cuando iban 15 minutos, frenó en el mediocampo cuando el juego estaba por otro lado y se puso a elongar el isquiotibial izquierdo.
La preocupación de que fuera algo grave duró poco. A los tres minutos encaró con ese pique corto habitual dos veces seguidas y la calma volvió para todos.
 
            







































