Dejar
activo
el
Bluetooth
en
el
móvil
es
algo
que
solemos
hacer
la
mayoría:
no
es
una
conexión
que
gaste
excesiva
batería
y,
si
está
funcionando
de
forma
permanente,
nos
ahorramos
la
molestia
de
andar
conectando
y
desconectando.
El
problema
es
que
dicha
comodidad
implica
un
riesgo.
Y
tiene
nombre
cool
en
inglés:
Bluesnarfing.
En
el
smartphone
solemos
mantener
las
conexiones
inalámbricas
activas,
desde
la
propia
red
móvil
hasta
el
NFC.
Esto
afecta
al
WiFi
y
también
al
Bluetooth,
funciones
inalámbricas
que
no
gastan
en
exceso
y
que
facilitan
el
uso
de
accesorios
compatibles
cuando
éstos
andan
cerca.
Aunque
hay
un
claro
inconveniente:
dejar
la
puerta
abierta
en
nuestro
móvil
es
una
invitación
para
que
entren
los
intrusos.
No
es
la
primera
vez
que
la
policía
alerta
de
ello.
Sufrir
una
intrusión
por
el
Bluetooth
es
difícil,
pero
no
imposible
El
Bluetooth,
es
una
conexión
inalámbrica
que
resulta
demasiado
vulnerable
a
los
ataques.
Y
no
importa
la
versión
de
Bluetooth
que
tenga
el
teléfono,
porque
existen
riesgos
de
seguridad
hasta
en
las
más
actuales.
Todo
con
una
máxima:
cuanto
más
actualizado
tengas
el
teléfono,
y
mayor
sea
la
versión
Bluetooth
del
módem,
mayor
seguridad
vas
a
tener.
Sí,
el
Bluetooth
es
inseguro,
los
fabricantes
no
siempre
actualizan
los
drivers
de
los
dispositivos
y
el
propio
sistema
operativo
puede
facilitar
el
trabajo
a
los
atacantes;
como
ocurrió
con
BlueBorne
en
2017,
un
enorme
agujero
de
seguridad
que
afectó
a
5.000
millones
de
dispositivos.
Otros
casos
sonados
fueron
el
de
BlueFrag,
una
vulnerabilidad
que
afectaba
a
Android
8
Oreo
o
Android
9
Pie.
No
obstante…
Pese
a
que
ya
hemos
visto
que
resulta
inseguro,
y
a
que
se
descubren
constantemente
vulnerabilidades
relacionadas,
eso
no
implica
que
el
Bluetooth
sea
sencillo
de
explotar
como
vía
de
entrada
en
un
smartphone.
Porque:
-
Es
imprescindible
mantener
la
cercanía.
El
Bluetooth
tiene
un
rango
de
acción
muy
corto,
con
un
máximo
de
100
metros
en
campo
abierto.
El
atacante
debería
situarse
muy
cerca,
operar
con
un
equipo
visible
y
seguir
nuestros
pasos.
Esto
reduce
de
manera
notable
las
posibilidades. -
El
móvil
ha
de
ser
vulnerable.
No
todos
los
teléfonos
sufren
el
mismo
riesgo,
ya
que
las
actualizaciones
y
la
novedad
del
hardware
influyen
de
forma
decisiva. -
Se
necesita
un
alto
conocimiento
técnico.
Alguien
debería
tener
especial
interés
en
nosotros
para
caer
en
un
ataque
de
vulnerabilidad
Bluetooth.
¿Que
pueden
darse
las
circunstancias
para
caer
en
un
ataque
Bluetooth?
Siempre
hay
posibilidades,
obviamente,
por
más
que
sean
muy
reducidas.
Y
hay
que
tenerlas
en
cuenta.
Bluesnarfing,
un
peligro
latente
en
nuestros
smartphones
Ya
hemos
visto
que
existen
vulnerabilidades
que
afectan
a
la
conectividad
Bluetooth
y
que
por
lo
general
suelen
deberse
a
errores
del
sistema
operativo,
a
defectos
en
el
módem
del
smartphone
o
por
fallos
en
los
drivers
del
módem.
Dichas
vulnerabilidades
pueden
explotarse
en
forma
de
ataques
de
corta
distancia.
A
esto
se
le
denomina
Bluesnarfing.
Bluesnarfing
es
el
acceso
no
autorizado
a
información
de
un
dispositivo
aprovechando
vulnerabilidades
en
su
conexión
Bluetooth
Los
riesgos
son
bajos,
ya
lo
comentábamos
en
el
apartado
anterior.
Aun
así,
la
recomendación
de
los
expertos
es
que
mantengamos
desconectadas
las
funciones
inalámbricas
en
la
medida
de
lo
posible:
desde
la
Policía
Nacional
al
Instituto
Nacional
de
Ciberseguridad
(Incibe).
La
comodidad
suele
ser
una
de
nuestras
mayores
enemigas
en
el
uso
del
smartphone.
También
en
lo
que
atañe
a
la
seguridad,
no
en
vano
nos
acostumbramos
demasiado
rápido
a
que
el
teléfono
lo
haga
todo
solo.
Sí,
puede
que
sea
un
engorro
encender
el
Bluetooth
sólo
cuando
escuchamos
música
para
apagarlo
poco
después,
pero
así
añadiremos
una
pizca
de
seguridad
a
nuestra
rutina.
No
sólo
eso,
también
ahorraremos
algo
de
batería.
¿No
usas
smartwatch
ni
dispositivos
que
necesitan
Bluetooth
constante?
Mejor
desconectarlo
Quitar
una
conexión
que
no
se
usa
suena
lógico.
Pero
¿y
si
tenemos
un
reloj
inteligente
conectado
al
móvil
por
Bluetooth?
O
una
pulsera
de
actividad,
un
anillo,
dispositivo
médico…
En
estos
casos
no
hay
más
remedio
que
mantener
el
enlace
inalámbrico
si
queremos
que
todo
funcione.
Para
el
resto
la
receta
está
clara.
Pese
a
que
el
riesgo
de
sufrir
un
ataque
de
Bluesnarfing
sea
reducido,
si
mantenemos
el
Bluetooth
apagado
seguro
que
dicho
riesgo
será
nulo.
Es
un
gesto
que
sólo
requiere
una
acción:
desconectar
el
Bluetooth
cuando
dejemos
de
usarlo;
además
de
mantener
el
móvil
lo
más
actualizado
posible
y
de
no
aceptar
peticiones
Bluetooth
de
desconocidos.
Toda
precaución
es
poca.
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Iván
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