Mires
donde
mires,
hay
obras.
Da
igual
cuándo
leas
esto
si
vives
en
Madrid.
Da
igual
que
estés
o
no
jubilado.
Si
algo
hay
que
ver
en
Madrid
son
obras.
Porque
la
ciudad
ha
entrado
en
una
espiral
reformista
que
toca
todos
los
palos.
Y
si
el
transporte
público
debía
ser
la
alternativa
al
coche
privado…
adivina.
Sí,
también
está
en
obras.
Un
verano
de
lo
menos
plácido.
No
es
Madrid
la
mejor
ciudad
para
visitar
en
verano.
Coches,
asfalto
y
altos
edificios
son
la
combinación
perfecta
para
convertir
la
ciudad
en
un
horno.
Mucho
más
si
tenemos
en
cuenta
que
brillan
las
plazas
duras
por
el
centro
de
la
ciudad,
a
las
que
se
trata
de
dar
soluciones
de
emergencia,
o
se
cierran
los
parques.
Pero
quienes
vivimos
en
Madrid
encontrábamos
una
parte
buena
en
pasar
los
meses
de
julio
y
agosto
en
la
ciudad:
se
estaba
tranquilo.
El
habitual
río
de
gente
se
convierte
en
un
riachuelo,
se
puede
hacer
algo
de
ocio
cuando
el
calor
deja
de
apretar
y,
sobre
todo,
uno
llega
al
trabajo
en
un
momento
porque
no
existían
los
atascos.
Hoy,
eso
es
cosa
del
pasado.
Mires
donde
mires.
Ahora
mismo,
da
igual
que
utilices
el
coche
privado
que
el
transporte
público:
Madrid
está
colapsada.
Cada
mañana
el
boletín
de
tráfico
da
los
avisos
habituales
por
la
radio.
Pero
a
los
atascos
de
siempre
se
suman
avisos
que
se
han
convertido
en
reincidentes.
Hacía
tiempo
que
la
ciudad
no
se
veía
en
una
igual.
En
El
País
recuerdan
una
anécdota
que
fechan
en
2001.
Entonces
Danny
De
Vito,
que
estaba
promocionando
una
película
en
la
ciudad,
ironizaba
asegurando
que
le
encantaba
Madrid
pero
que
“ganará
mucho
el
día
que
encuentren
el
tesoro”.
Imposible
en
coche.
Si
viajas
en
coche
hay
que
tener
cuidado
con
la
entrada
por
la
A-5,
el
gran
soterramiento
de
una
de
las
arterias
principales
de
entrada
a
la
ciudad
que,
además,
está
provocando
problemas
a
los
vecinos.
Quien
acceda
por
aquí
al
interior
de
la
ciudad
comprobará
cómo
los
habituales
cuatro
carriles
por
sentido
se
han
transformado
en
dos
carriles
con
un
trazado
sinuoso
para
ir
salvando
las
grúas.
Ahora
mismo,
ya
no
se
puede
acceder
al
túnel
de
la
M-30
pero
quienes
lleguen
hasta
allí
le
esperan
más
obras
en
Ventas,
donde
se
quiere
cubrir
la
M-30
para
generar
un
enorme
espacio
verde
que
conecte
el
barrio
de
Ciudad
Lineal
con
el
de
Salamanca.
Tampoco
en
la
zona
norte
se
libran
de
las
obras.
En
las
actuales
Cuatro
Torres
se
ha
proyectado
un
enorme
parque
bajo
el
que
se
ha
proyectado
la
conexión
entre
Sinesio
Delgado
con
el
Nudo
Norte
(donde
conectan
la
M-30
y
M-40).
De
nuevo,
la
intención
es
que
en
la
zona
superior
se
pueda
disfrutar
de
una
enorme
zona
verde
ocultando
los
coches
en
un
túnel.
El
transporte
público.
Teniendo
en
cuenta
que
circular
por
Madrid
con
un
vehículo
privado
ahora
se
asemeja
a
una
carrera
del
Mario
Kart
(operación
asfalto
incluida),
el
transporte
público
debía
ser
la
solución.
Pero
quienes
hayan
optado
por
dejar
el
coche
en
casa
y
utilizar
los
autobuses
interurbanos
de
entrada
a
Madrid
por
la
A-5
saben
desde
hace
tiempo
que
no
es
tarea
sencilla.
Los
vecinos
de
Alcorcón
han
pedido
que
los
terrenos
militares
de
Campamento
puedan
ser
utilizados
como
aparcamiento
disuasorio.
Así
los
conductores
pueden
conectar
con
Metro
y
Cercanías.
El
problema
es
que
en
el
Metro
se
encontrarán
una
Línea
6
cerrada
parcialmente,
afectando
a
unos
400.000
viajeros.
A
la
Línea
6
se
suman
desde
la
semana
que
viene
las
obras
de
la
Línea
7
de
Metro,
con
las
estaciones
de
Parque
de
las
Avenidas,
Cartagena
y
Alonso
Cano
inoperativas.
Quien
esperara
encontrar
refugio
en
Cercanías,
también
hay
malas
noticias.
Porque
ahora
mismo
hay
cortes
en
la
C-5
entre
Villaverde
Alto
y
Embajadores
y
hasta
que
termine
agosto
estará
cerrado
el
túnel
de
Sol,
dejando
sin
uso
la
estación
de
la
plaza
(en
Cercanías)
y
cortando
el
paso
entre
Chamartín
y
Atocha
de
las
líneas
C-3
y
C-4.
Intercambiadores.
¿Pensabas
que
habíamos
terminado?
Bueno,
a
todas
estas
inconveniencias
hay
que
sumar
grandes
intercambiadores
que
están
en
obras.
En
Chamartín
la
remodelación
sigue
en
marcha
y
ahora
mismo
hay
que
armarse
de
paciencia
e
ir
con
tiempo
si
se
quiere
coger
un
AVE.
También
se
está
reformando
el
intercambiador
de
Conde
de
Casal,
que
ha
sumado
cortes
de
tráfico
en
el
túnel
de
entrada
por
la
A-3
y
que
servirá
como
nodo
clave
en
la
unión
de
la
Línea
11
de
Metro
con
la
Línea
12,
el
tramo
circular
que
presta
servicio
a
todos
los
núcleos
urbanos
del
sur
de
Madrid.
Y
proyectos
congelados.
A
todo
lo
anterior
hay
que
sumar
las
obras
de
remodelación
de
la
Línea
7B
del
Metro,
la
conexión
entre
el
Estadio
Metropolitano
y
el
Hospital
del
Henares
cuyas
obras
fueron
objeto
de
una
gran
polémica
porque
han
provocado
daños
irreversibles
en
las
viviendas
de
algunos
vecinos.
Enfado
constante.
Todo
este
barullo
de
obras
que
tiene
implicaciones
en
el
tráfico
rodado,
en
el
Metro
y
en
Cercanías
está
provocando
un
hartazgo
entre
los
vecinos
de
la
ciudad
que
se
puede
rastrear
fácil
en
redes
sociales.
El
caos
fue
completo
ayer
lunes
21
de
julio.
Una
caída
en
los
sistemas
de
ayer
en
el
Metro
provocó
retrasos
en
la
Línea
10.
A
esto
se
sumó
una
avería
en
una
catenaria
entre
las
estaciones
de
Laguna
y
Embajadores,
provocando
un
embudo
de
viajeros
en
esa
zona
suroeste.
Para
cerrar
el
círculo,
también
el
servicios
de
bicicletas
públicas
Bicimad
estuvo
caído
y
se
registraron
averías
en
la
línea
norte
del
Metro
Ligero
(ML1).
Durante
todo
el
verano,
las
redes
sociales
están
retransmitiendo
en
directo
el
caos
que
se
vive
en
el
Metro
y
en
Cercanías
donde
las
estaciones
están
llenas
y
los
viajeros
tienen
que
dejar
pasar
trenes
porque
están
abarrotados.
Foto
|
Ayuntamiento
de
Madrid
y
Transportes
de
Comunidad
de
Madrid