Que la vida de Bill Gates da para alguna película no es ningún secreto, pero mientras tanto la obra y milagros del filántropo ofrecen siempre algún tipo de aprendizaje. Especialmente interesante es conocer cómo llevó al éxito a Microsoft de la nada, haciendo gala de una increíble visión del futuro para hacer historia: la hegemonía de Windows en SO de escritorio sigue vigente tras décadas de vida.
Pero llevar a Microsoft de cero a la gloria no fue un camino de rosas: al empezar el negocio estaban repletos de dudas. De hecho, el multimillonario era tan cauto que no quería contratar a más gente en los inicios. Para Bill Gates, su infancia, adolescencia y su vida como adulto joven y lo que aprendió fueron esenciales para entender las decisiones que tomó. Aunque ahora veamos a cofundador de Microsoft como un señor sabio, su juventud no estuvo exenta de travesuras como hacer la programación de sus clases logrando que las chicas estuvieran en su mismo grupo. O lo de dejar todo para el último día.
Los dos juegos favoritos de Bill Gates en la universidad
Bill Gates estudiaba en la prestigiosa Harvard, pero no todo era estudiar. Es más, en su obra de 1995 ‘Camino al futuro‘ cuenta cómo en su época universitaria se regía por la ley del mínimo esfuerzo y hasta presumía de ello: lo de procrastinar se convirtió en un juego «para ver qué tan alta calificación podía sacar invirtiendo el menor tiempo posible. Ocupaba mis horas de ocio con bastante póker«, según sus propias palabras.
Así que entre atracones de estudio a contrarreloj y timbas de póker, a Bill Gates se le ocurrió la idea de Microsoft de la mano de Paul Allen, no sin antes descartar antes otras ideas de proyecto. Y en la obra que este año cumple tres décadas cuenta cómo precisamente el póker y la procrastinación marcaron los inicios de Microsoft. De buenas a primeras podría parecer que el póker y procrastinar no son los mejores hábitos para iniciar una empresa, pero no fue así. De hecho, mientras que uno constituyó una lección que llevar a los negocios, el otro fue un hábito a desterrar.
Así, dejó atrás la procrastinación cuando trabajó con empresas japonesas. Ante cualquier retraso en su cronograma de entregas, la empresa enviaba a una persona para que hiciera «de niñera», siempre encima de ellos para asegurarse de que todo estaba bien: «Sabían que su hombre no podía ayudar realmente, pero estaba en nuestra oficina dieciocho horas al día solo para demostrarnos cuánto se preocupaban.» Y no solo eso: les pedían explicaciones para tratar de corregir cualquier incidencia.
Sin embargo, el póker sí le ayudó en los negocios. Como explica Gates, en el popular juego de mesa un jugador reúne diferentes fragmentos de información: quién apuesta con audacia, qué cartas se ven, cuál es el patrón de apuestas y faroles de este tipo… para luego procesar toda la información y así idear un plan para su propia mano, en este caso, con Microsoft. Bill Gates se volvió bastante bueno procesando este tipo de datos y lo usó después.
El filántropo concluye que la experiencia de la estrategia en el póker en los negocios y en el dinero fueron útiles en el mundo empresarial, pero lo de posponer no le sirvió de nada.
En Genbeta | Hace casi 30 años Bill Gates predijo cómo sería la tecnología del futuro. En 2025 casi todo se ha hecho realidad
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