Es curioso que en menos de una semana hemos tenido en HBO Max sendas miniseries respecto a casos conocidos tratados anteriormente y de forma reciente en otra serie de prestigio. El jueves vimos ‘Love & Death‘, que repasa el mismo asunto que ‘Candy. Asesinato en Texas‘. Hoy tenemos ‘Los fontaneros de la Casa Blanca‘ (White House Plumbers), una nueva ficción sobre el Watergate que llega un año después que ‘Gaslit‘.
Afortunadamente, en esta ocasión hay una clara apuesta por la comedia que la diferencia de la propuesta protagonizada por Julia Roberts y Sean Penn. Para ello contamos, eso sí, con un reparto de lujo encabezado por Woody Harrelson y Justin Theroux… que son los que elevan una propuesta algo tambaleante.
Watergate con el filtro de ‘Veep’
El culpable de que la serie de HBO abrace la comedia es David Mandel y sus colegas, quien tomó el relevó de Armando Iannucci en las últimas temporadas de la genial ‘Veep‘. Con este precedente, estaba claro que la serie prometía hacérnoslo pasar bien. Sin embargo a ratos te deja la sensación de que no sabe qué contar… o, al menos, cómo contarlo.
Lo cual no es de extrañar. El escándalo Watergate tiene tantas ramificaciones y estaban pasando tantas cosas en esa fase de la presidencia de Richard Nixon que estamos casi ante una cornucopia de ideas al alcance de Alex Gregory y Peter Huyck, los creadores y guionistas de la serie. Sin embargo, al llevarlas a la pantalla el resultado es, cuanto menos, difuso.
Las principales virtudes de ‘Los fontaneros de la Casa Blanca’ radican en el buen hacer de Harrelson y Theroux, sobre todo del segundo que le da, dentro de la casi caricaturización, un mayor control de su personaje, G. Gordon Liddy, que su compañero de reparto (que interpreta a E. Howard Hunt). No es tanto que Harrelson esté mal pero, al igual que el tono de la serie, es más «difuso».
Lo que no quita para que no nos lo pasemos estupendamente viendo en acción a este patético dúo dinámico. En líneas generales, esta miniserie es bastante divertida desde el principio y todo el reparto (destaca también Lena Headey) rema bastante en favor de hacernos pasar un rato bastante entretenido viendo las desastrosas acciones que caracterizaron al escándalo.
Lo malo es que, a la hora de tener que tocar asuntos y devenires serios, los guionistas no logran resolverse bien. Las partes más dramáticas de la miniserie, si bien necesarias porque es un evento histórico, no están tan bien integradas como deberían, yendo en detrimento del resultado final.
En definitiva da algo de pena que ‘Los fontaneros de la Casa Blanca’ se quede un poco a medias por culpa de un tono errático y falta de pulido en según que secuencias. Si bien es divertida e incluso desternillante, se queda en un solvente reemplazo para este final de la temporada televisiva.
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