Desde UPTA han solicitado una reunión con la ministra de Sanidad, Carolina Darias, para abordar esta propuesta de forma urgente, el que los trabajadores del comercio y hostelería sean vacunados, aunque este tema también concierne a las Comunidades Autónomas, que son las que determinan el ritmo de vacunación y tienen que tomar la decisión.
Los trabajadores autónomos del comercio y la hostelería se han considerado desde el inicio de la pandemia como esenciales, y así deben ser considerados, según UPTA, también en la estrategia de vacunación, puesto que son los dos sectores que más público aglutinan.
Eduardo Abad, presidente de UPTA, declaró:
“todos los trabajadores de los establecimientos que estén abiertos al público tienen que ser considerados prioritarios para el calendario de vacunación, después de los sanitarios, sociosanitarios y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
No debemos olvidarnos del impacto de la pandemia en las rutinas y hábitos de consumo, el miedo al contagio ha creado mucho recelo, y con esta medida se generaría una situación de confianza en el consumidor que potenciaría el gasto, imprescindible en la crítica situación que están padeciendo, sobre todo, los negocios de proximidad”.
Por su parte, desde la Asociación Española de Distribuidores de Autoservicio y Supermercados (ASEDAS), apuntaron que sería interesante «incluir a las mutuas en el circuito de vacunación para agilizar el proceso entre los empleados y ayudar así al sistema sanitario público a avanzar en el proceso de vacunación».
La realidad es que como trabajadores esenciales que estuvieron al pie del cañón desde marzo de 2020 los propietarios de comercios deberían entrar en esa lista de personal prioritario. En todo caso, el ritmo de vacunación va tan lento que si todavía en los hospitales falta personal por vacunar, puede que todavía deban esperar como el resto de ciudadanos.
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