En 2014, el festival de Sundance recibió con los brazos abiertos un falso documental que relataba, en tono cómico, la convivencia de un grupo de vampiros que son compañeros de piso en Wellington, Nueva Zelanda. Escrita, dirigida y protagonizada por Taika Waititi y Jemaine Clement, ‘Lo que hacemos en las sombras‘ (‘What we do in the shadows’) tuvo una gran acogida.
Cinco años después, nos encontramos con el estreno en televisión (FX de cadena original y HBO España) de ‘Lo que hacemos en las sombras’, una serie «mockumentary» que coge el mismo concepto y lo traslada a una casa de Staten Island, Nueva York.
Creada por Taika Waititi y Jemaine Clement, quienes dirigen y escriben el primer episodio (Clement dirigirá los siguientes) y con Paul Simms (‘Los Conchords‘) ejerciendo como showrunner, esta nueva comedia cuenta con diez episodios de los que hemos podido ver cuatro. Y, solo por adelantar, la serie es tan fabulosa como podemos imaginar.
Al primero que conocemos en ‘Lo que hacemos en las sombras’ es a Guillermo (Harvey Guillen), familiar de Nandor El Implacable (Kayvan Novak), vampiro otomano y autoproclamado «líder» de la casa. Completando el grupo están el «canallita» Laszlo (Matt Berry) y la seductora Nadja (Natasia Demetriou).
Hay un cuarto viviendo con ellos, Colin Robinson (Mark Proksch), pero le intentan evitar al ser un vampiro de energía, es decir, te drena la vitalidad. Al poder hacer vida de humano normal y trabajar en una oficina, este personaje será un enlace desopilante con el mundo real, aunque a veces queda «descolgado».
La serie comienza con el anuncio de la visita de uno de los vampiros más importantes de Europa, decepcionado porque este trío vampírico no ha conquistado la totalidad del Nuevo Mundo, lo que se convertirá en el objetivo de estos compañeros de piso.
Un falso documental maravilloso
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Es curioso cómo el formato de falso documental logra ser una cápsula óptima para cierto tipo de series. En este caso creo que planificada de otra manera hubiera perdido gran parte de su encanto y su genialidad. Seguro que tendríamos muchas menos raciones de planos de ojos brillantes y bufidos.
Si te gustó la película, te gustará la serie ya que comparte tono, estilo y espíritu, nada raro ya que son los mismos los que la hacen…. y si no la viste o no te gustó, yo os animaría a ver la serie igual ya que es muy buena, divertida y consciente de sí misma.
Sin embargo creo que es en lo visual donde menos atractiva es la serie. No sé si es por la iluminación verdusca o por la máxima del keep it cutre que auna la necesidad de trabajar con un presupuesto ajustado con la idea de representar la mediocridad de lo cotidiano en vampiros de tres al cuarto.
Pero poco de ello importa, porque resulta que solo con las idas y venidas de los protagonistas de ‘Lo que hacemos en las sombras’ tenemos aseguradas risas producidas por un humor que no huye de lo obvio, pero tampoco le asusta ser sutil.
Además, es una serie en la que en cualquier momento nos podemos encontrar cameos y colaboraciones algo inesperadas. El episodio 3, con Vanessa Bayer de actriz invitada en un papel absolutamente genial, es un gran ejemplo de ello. Y ojo al papel recurrente de Beanie Feldstein, que promete mucho.
La verdad es que con ‘Lo que hacemos en las sombras’ me he visto disfrutando como un enano. Una gran serie que ya apunta a posicionarse como una de las comedias revelación de la temporada. Tan divertida como maravillosa.