Quien
tiene
un
Android,
tiene
un
móvil
completísimo
gracias
a
las
herramientas
con
las
que
Google
nutre
su
sistema
operativo,
y
sin
contar
lo
que
no
se
ve.
Pero
para
mí,
no
es
agradable
que
todas
mis
fotos,
contactos
y
correos
pasen
por
sus
servidores.
Dejar
a
Google
esto
es
una
solución
muy
cómoda
y
potente
pero
tiene
un
peaje:
mi
privacidad
y
una
dependencia
casi
total
en
una
única
compañía.
He
querido
ponerle
freno
apostando
por
el
Open
Source,
que
sin
duda,
hay
mucho
(y
de
calidad)
en
Android.
Ha
sido
toda
una
aventura
esta
especie
de
«detox»
de
Google
de
una
semana,
y
por
suerte,
he
conseguido
reemplazar
cada
app
clave
de
Google
por
alternativas
libres
de
la
comunidad.
Te
cuento
la
experiencia
y
el
aprendizaje
que
me
llevo:
se
gana
mucho
y
de
la
misma
manera
se
pierde
bastante
al
intentar
escapar
de
las
garras
de
la
firma
americana.
Mi
pack
de
supervivencia
Open
Source
Como
seguramente
sepas
de
sobra
si
ya
usas
Android,
Google
surte
al
sistema
de
muchísimas
aplicaciones
y
herramientas.
Que
van
desde
las
más
básicas
hasta
otras
de
mayor
complejidad
o
menos
imprescindibles.
Sin
embargo,
la
base
de
mi
móvil
Android
sin
Google
(las ‘Google
Apps’
siguen
ahí,
hay
algunas
que
no
se
pueden
desinstalar)
han
sido
las
apps
de
Fossify
para
el
día
a
día.

NotallyX
me
encanta
por
su
simpleza
y
sobre
todo
por
una
interfaz
muy
al
estilo
de
Keep
Es
decir,
lo
primero
fue
sustituir
las
utilidades
más
elementales:
dije
adiós
a
«Teléfono»
y
«Mensajes»
de
Google
(también
a
las
de
Samsung,
que
no
me
convencen)
y
lo
cierto
es
que
las
de
Fossify
consiguen
replicar
casi
en
su
totalidad
el
funcionamiento
de
las
de
Google.
La
suite
Fossify
partió
de
la
mítica
«Simple
Mobile
Tool»:
sigue
el
lenguaje
de
diseño
que
predomina
en
Android,
son
rápidas,
ligeras
y
sin
un
solo
anuncio.
Por
otro
lado,
tenía
un
importante
reto:
abandonar
Google
Fotos.
Como
esta
app
sirve
tanto
de
galería
local
como
de
copia
de
seguridad
en
la
nube,
me
decidí
por
dos
soluciones
alternativas.
La
primera,
la
galería
de
Fossify,
simple
como
a
mí
me
gusta;
como
solución
en
la
nube
para
subir
mis
fotos,
me
he
montado
mi
propio
servidor
privado
con
Immich.
Es
un
paso
más
técnico,
pero
el
resultado
es
tener
el
control
absoluto
de
mis
recuerdos.
Además,
Immich
tiene
una
serie
de
funciones
muy
parecidas
a
Google
Fotos,
por
lo
que
esto
es
lo
que
menos
he
echado
de
menos.
Su
puesta
a
punto,
a
pesar
de
ser
técnica
como
digo,
no
es
para
nada
complicada
y
es
cuestión
de
echar
un
rato
siguiendo
la
documentación
oficial.

Immich
es
mi
nube
personal
de
fotos
y
vídeos.
Decir
adiós
a
Fotos
no
es
tan
complicado
con
un
poco
de
tiempo
Para
las
notas,
he
usado
dos
excelentes
alternativas
a
Google
Keep:
NotallyX
y
EasyNotes,
ambas
con
copia
de
seguridad
local.
No
tuve
curva
de
aprendizaje
para
usarlas,
puesto
que
parten
del
diseño
Material
de
la
propia
Google.
Eso
sí,
finalmente
me
quedé
más
con
la
primera
por
sus
opciones
de
personalización
de
notas.
Los
mapas,
ay
los
mapas…
desprenderse
de
Google
Maps
es
muy,
pero
que
muy
difícil.
Es
la
reina
de
los
mapas,
tanto
con
como
sin
conexión,
y
aunque
no
he
tenido
que
usar
el
GPS
en
esta
semana,
seguro
que
acabo
echándola
de
menos.
OsmAnd
funciona
bien,
pero
su
base
de
datos
no
es
tan
poblada
como
la
de
Google.
Para
el
correo,
nada
como
Proton
Mail,
aunque
en
este
sentido
no
he
podido
dejar
de
usar
Gmail
para
mi
correo
de
trabajo.
Por
último,
no
menos
importante,
evitar
Play
Store
es
fácil
pero
en
mi
caso,
he
dependido
de
varias
tiendas
alternativas.
Por
ejemplo,
descargo
apps
Open
Source
desde
F-Droid
y
Obtainium
(me
encanta
el
concepto)
y
el
resto
desde
Aurora
Store.
Esta
última
me
permite
descargar
apps
de
Play
Store
de
forma
anónima
(no
requiere
inicio
de
sesión
con
Google),
todo
un
lujo.
No
me
puedo
olvidar
de
la
alternativa
a
«Files»
de
Google
y
al
propio
administrador
de
archivos
de
One
UI:
Material
Files,
recomendada
por
mi
compañera
de
equipo.
Mi
obsesión
por
el
diseño
me
lleva
siempre
a
optar
por
apps
que
reflejen
el
lenguaje
de
diseño
de
Android.
Aporta
mucho
visualmente
esta
consistencia
entre
diseños,
también
funcionalmente.
Justo
lo
que
me
da
Rain,
una
app
libre
de
pronóstico
meteorológico
que
me
ha
hecho
olvidar
la
bonita
app
de
Samsung
y
el
apartado
del
tiempo
de
Google.
Para
el
navegador
el
siempre
confiable
Brave
y
para
YouTube
nada
como
NewPipe.
Lo
que
ni
intenté
fue
despegarme
de
WhatsApp,
tengo
a
mis
amigos
y
familiares
ahí.
Telegram,
que
uso
desde
hace
muchos
años,
sí
que
cumple
con
la
condición
de
Open
Source
pero
no
ha
supuesto
ningún
cambio.
Qué
he
ganado
y
qué
he
perdido

Después
de
esta
experiencia,
no
creo
que
vuelva
a
usar
con
tanta
asiduidad
las ‘Google
Apps’,
con
la
excepción
de
Google
Maps.
¿Por
qué?
Básicamente
he
ganado
mucho,
o
al
menos
así
lo
considero:
-
Privacidad
real:
mis
fotos,
correos
y
notas
no
están
siendo
analizados
por
un
algoritmo
para
venderme
publicidad
personalizada.
Esa
sensación
es
liberadora
y
ayuda
a
que
Google
no
conozca
todo
de
mí
(si
no
lo
sabe
ya). -
Control
total:
el
dueño
de
los
datos
que
introduzco
o
guardo
en
estas
apps
solo
soy
yo.
Mi
nube
de
fotos
está
en
casa,
no
en
un
servidor
de
una
Big
Tech.
Así,
decido
qué
se
sincronizca
y
qué
no.
En
este
sentido,
Google
Fotos
a
veces
me
guardaba
imágenes
que
no
quería.
Con
Immich
no
se
me
cuela
ninguna
que
no
quiero. -
Simplicidad
y
velocidad:
la
mayoría
de
estas
apps
alternativas
son
mucho
más
ligeras
que
sus
equivalentes
en
Google.
Se
nota
en
el
peso
de
la
descarga
y
sobre
todo
en
el
uso.
Mi
móvil
se
siente
más
rápido,
con
menos
procesos
en
segundo
plano
consumiendo
recursos.
Pero
no
niego
que
abandonar
a
Google
tiene
grandes
inconvenientes.
Estas
son
las
pegas
que
me
he
encontrado
por
el
camino:
-
Falta
de
integración:
por
muy
buenas
que
son
mis
alternativas,
es
casi
imposible
replicar
la
integración
perfecta
del
ecosistema
de
Google.
OsmAnd
por
ejemplo,
tiene
un
buen
mapa
pero
echa
en
falta
la
información
de
tráfico
en
tiempo
real
y
las
reseñas
de
comercios
de
Maps.
La
sincronización
entre
el
correo
y
el
calendario
también
requiere
un
esfuerzo
extra. -
El
gran
ausente:
ese
no
es
otro
que
el
hogar
conectado.
Tengo
unas
luces
compatibles
con
Google
Home,
como
también
un
Chromecast
y
un
altavoz
Nest.
En
mi
semana
de
desconexión,
he
echado
de
menos
una
alternativa
sencilla
para
controlar
estos
dispositivos.
La
solución
existe,
Home
Assistant,
pero
requiere
un
proyecto
propio
mucho
más
complejo. -
Y
una
frontera
insalvable:
la
IA.
En
pleno
2025,
no
existe
una
alternativa
al
nivel
de
las
grandes
(ChatGPT
o
Gemini)
que
sea
Open
Source
y
que
además
se
integre
en
Android
tan
bien
como
la
IA
de
Google.

Apostar
por
el
Open
Source
para
dejar
de
depender
de
también
pasa
por
un
ecosistema
alternativo
a
Home.
Lo
próximo
que
haré:
montar
uno
con
Home
Assistant
Vivir
una
semana
usando
solo
apps
de
código
abierto
en
Android
no
solo
es
posible,
sino
recomendable.
Lo
que
se
gana
en
privacidad,
control
y
rendimiento
hace
que
merezca
la
pena.
Y
lo
que
he
perdido
en
comodidad
e
integración
no
me
echa
para
atrás.
Solo
puede
empujarme
de
nuevo
a
Google
su
Gemini
y
servicios
casi
inigualables
como
Google
Maps.
De
todas
formas,
a
no
ser
que
en
tu
caso
optes
por
un
Android
totalmente
libre
de
Google,
se
puede
vivir
con
lo
mejor
de
ambos
mundos.
Ese
es
el
aprendizaje
de
esta
semana:
no
es
un
todo
o
nada.
Existe
un
ecosistema
Open
Source
muy
maduro
y
con
buenas
iniciativas
que
nos
permite
reclamar
nuestra
soberanía
digital.
El
único
requisito
es
estar
dispuesto
a
cambiar
un
poco
de
conveniencia
por
tener
un
dispositivo
verdaderamente
nuestro.
Imagen
de
portada
|
Pepu
Ricca
para
Xataka
Android
En
Xataka
Android
|
La «Wikipedia
de
la
desgooglización»
tiene
todas
las
alternativas
para
liberar
tu
móvil
de
Google