Quizás
sea
pronto
aún
para
saber
si
la
manifestación
que
tomó
ayer
el
centro
de
Madrid
para
reclamar
mejoras
en
la
vivienda
logrará
o
no
derivar
en
una
«huelga
de
alquileres»,
herramienta
de
legitimidad
cuestionada
en
España,
pero
que
suena
cada
vez
con
más
fuerza.
De
lo
que
no
hay
duda
es
de
que
el
13-O
ha
logrado
colar
los
problemas
del
mercado
inmobiliario
en
la
primerísima
primera
línea
del
debate
público.
Hay
quien
habla
ya
de
«un
nuevo
15-M»,
de
una
«revolución
de
las
llaves»,
de
una
huelga
como
la
organizada
en
1931
en
Barcelona
y
quien
exige
la
dimisión
de
la
ministra
del
ramo.
Claro
está,
el
Gobierno
no
ha
tardado
en
mover
ficha.
Y
lo
ha
hecho
tirando
de
un
viejo
recurso:
los
bonos
para
pagar
el
alquiler.
La
pregunta
es…
¿Son
la
solución
al
problema?
La
vivienda,
a
debate.
La
marcha
se
prometía
multitudinaria.
Y
no
defraudó.
Las
decenas
de
miles
de
personas
que
ayer
salieron
a
la
calle
en
Madrid
al
grito
de «La
vivienda
es
un
derecho,
no
un
negocio»
han
logrado
situar
los
problemas
del
mercado
residencial
—sobre
todo
en
alquiler—
en
el
centro
del
foco
mediático.
Se
habla
de
una «revolución
de
los
llaveros»,
de
la
palanca
para
«un
nuevo
15-M»,
de
organizar
una
huelga
de
alquileres
para
exigir
que
las
rentas
se
abaraten
un
50%
e
incluso
se
reclama
la
dimisión
de
la
ministra
Isabel
Rodríguez,
quien
hoy
aseguró
«comprender»
las
quejas
ante
lo
que
define
como
una «emergencia
social».
200
millones
en
ayudas.
La
manifestación
del
domingo
fue
lo
suficientemente
contundente
como
para
que
hoy
el
presidente
del
Gobierno
haya
tenido
que
tomar
la
palabra.
Lo
ha
hecho
durante
el
foro ‘World
in
Progress’
de
Prisa.
Allí
anunció
el «reparto
de
200
millones
de
euros
para
jóvenes
en
bonos
de
alquiler».
La
maquinaria
institucional
se
pondrá
en
marcha
ya
de
inmediata
para
que
la
distribución
de
los
fondos
pase
esta
semana
por
el
Consejo
de
Ministros.
Sobre
la
medida
se
ha
pronunciado
también
la
ministra
Rodríguez,
que
reclamó
en
TVE «celeridad”
a
las
comunidades
autónomas,
encargadas
de
ejecutar
las
ayudas.
«Seguiremos
peleando
para
que
la
vivienda
deje
de
ser
el
negocio
de
unos
pocos
y
se
convierta
en
el
derecho
de
todos»,
garantizó
Pedro
Sánchez
en
el
foro,
en
el
que
reconoció
también
que
la
vivienda
afronta
un
panorama «difícil»
en
nuestro
país,
con
precios
que «no
han
parado
de
subir»
y
una
oferta «escasa».
Para
paliar
esa
situación
lanzó
otro
anuncio:
un
nuevo
reglamento
diseñado
precisamente
para
“evitar
los
fraudes
en
contratos
de
alojamiento
turístico
y
temporada».
¿Son
medidas
nuevas?
No.
Ni
la
una
ni
la
otra.
De
la
promesa
del
Gobierno
de
poner
orden
en
el
mercado
del
alquiler
de
temporada,
que
se
ha
convertido
en
un
lucrativo
atajo
para
burlar
ciertas
exigencias
de
la
normativa,
os
hablamos
en
julio.
Los
200
millones
de
euros
en
ayudas
para
que
los
alquileres
no
penalicen
tanto
los
bolsillo
de
los
jóvenes
tampoco
suponen
una
novedad.
El
Gobierno
ya
lo
anunció
hace
unas
semanas,
tras
la
Conferencia
Sectorial
de
Vivienda
y
Agenda
Urbana
que
acordó
por
unanimidad
el
reparto
de
esa
cantidad
para
el
Bono
Alquiler
Joven.
Por
no
ser
no
será
ni
la
primera
convocatoria
del
programa
de
ayudas.
¿Qué
es
el
Bono
Alquiler
Joven?
Una
inyección
de
200
millones
de
euros
pensada
para
que
los
alquileres
no
asfixie
tanto
a
los
jóvenes.
Al
fin
y
al
cabo
hay
estudios
que
advierten
que
los
inquilinos
de
menor
edad
llegan
a
destinar
el
70%
o
incluso
más
del
90%
de
sus
salarios
a
ponerse
al
día
con
los
caseros.
«La
ayuda
se
fija
en
250
euros
al
mes,
durante
un
plazo
de
dos
años
para
cada
joven,
con
objeto
de
facilitar
su
emancipación
o
en
todo
caso
el
acceso
a
disfrutar
de
una
vivienda
o
habitación
en
régimen
de
alquiler
o
cesión»,
detallaban
desde
Moncloa
hace
poco.
Los
detalles
pueden
consultarse
en
Vivienda
o
el
BOE.
¿Con
qué
cantidades?
A
grandes
rasgos
fija
un
reparto
de
fondos
por
comunidad
autónoma,
que
son
las
encargadas
de
gestionar
las
peticiones
de
los
inquilinos
interesados.
La
línea
de
ayudas
directas
están
pensadas
para
jóvenes
de
entre
18
y
35
años
con
unos
ingresos
que
no
superen
cierto
tope
y
paguen
rentas
mensuales
que
se
muevan
también
en
una
horquilla
determinada.
Para
los
apartamentos
completos
se
habla
de
hasta
600
euros
al
mes.
Por
habitaciones,
de
hasta
300
euros.
Ambas
cifras
que
pueden
elevarse
a
900
o
450
euros,
respectivamente,
siempre
y
cuando
lo
acuerde
la
Comisión
de
Seguimiento
del
programa.
La
ayuda
tiene
un
límite,
dos
años,
y
se
reparte
en
mensualidades
de
250
euros,
con
lo
que
al
final
acaba
sumando
un
importe
de
6.000
euros.
Ayudas…
¿Pero
para
quién?
El
Gobierno
plantea
los
bonos
de
alquiler
como
una
vía
para
«el
acceso
a
la
vivienda»,
pero
la
eficacia
de
esa
clase
de
ayudas
lleva
tiempo
empañada
por
las
dudas.
Os
lo
contábamos
ya
en
2018,
con
Mariano
Rajoy
en
la
Moncloa,
tras
el
lanzamiento
del
Plan
de
Vivienda
2018-2021.
Lo
que
estaba
sobre
la
mesa
entonces
eran
ayudas
de
hasta
el
50%
de
la
renta
para
viviendas
de
hasta
600
euros
al
mes.
O
de
900,
si
se
trataba
de
Madrid
o
Barcelona.
La
medida
planteaba
dos
dudas
que
en
parte
son
trasladables
al
escenario
actual.
La
primera
es
su
importe.
Sobre
todo
si
se
tiene
en
cuenta
que
el
alquiler
medio
en
España
se
sitúa
ahora
en
1.874
euros
mensuales,
según
los
datos
de
Enalquiler.
Se
trata
de
eso,
una
media
que
oculta
además
importantes
diferencias
entre
regiones,
pero
el
dato
es
significativo.
La
segunda
gran
duda
era…
¿Qué
efecto
tienen
en
realidad?
¿Solucionan
el
problema
o
suponen
una
ayuda
para
el
casero?
«Otro
bizum
a
los
caseros».
El
entrecomillado
es
del
portavoz
de
Sumar,
Íñigo
Errejón,
quien
tras
el
anuncio
de
Pedro
Sánchez
de
esta
mañana
no
ha
tardado
en
dejar
constancia
en
X
de
sus
dudas. «No
es
por
ahí.
Esto
es
hacerle
otro
bizum
de
dinero
público
a
los
caseros,
que
se
quedarán
la
ayuda
pública
y
volverán
a
subir
los
precios»,
clama.
En
su
opinión,
la
clave
pasa
por «limitar
los
precios».
Crítica
similar
ha
lanzado
la
secretaria
general
de
Podemos,
Ione
Belarra,
también
desde
su
cuenta
en
X: «Las
ayudas
para
el
alquiler
para
jóvenes
que
Sánchez
ha
anunciado
no
solo
ya
estaban
anunciadas,
sino
que
surten
el
efecto
contrario
—suben
más
los
precios—
si
no
se
aplican
topes
al
alquiler.
Esto
ya
ha
pasado».
La
advertencia
de
los
expertos.
No
todas
las
críticas
parten
de
la
oposición
política
ni
son
recientes.
Sobre
los
efectos
de
políticas
similares
en
Francia
o
Gran
Bretaña
se
han
pronunciado
algunos
académicos
que
concluyen
que
los
caseros
propietarios
han
absorbido
una
parte
considerable
de
las
ayudas.
«Los
resultados
sugieren
que
en
el
sector
privado,
un
euro
adicional
de
subsidio
aumenta
el
alquiler
de
los
solicitantes
en
60-70
céntimos»,
concluía
un
análisis
de
2010
de
Aki
Kangasharju
precisamente
sobre
subsidios
de
vivienda
y
alquiler.
«Lo
que
en
apariencia
parece
una
buena
medida,
no
deja
de
ser
una
medida
coyuntural
sin
efecto
real
y
perjudicial
para
los
precios»,
advertía
en
2022,
tras
la
aprobación
del
Bono
Alquiler,
José
Ramón
Zurdo,
de
la
Agencia
Negociadora
del
Alquiler.
La
clave,
señalaba
a
El
Español,
es
que
los
requisitos
limitan
el
número
de
beneficiados
y
el
programa
puede
influir
en
los
propietarios: «Podría
propiciar
que
muchos,
al
ser
conocedores
de
esta
ayuda,
suban
los
precios
de
sus
alquileres».
«La
senda
a
continuar».
Durante
su
intervención
de
esta
mañana
Sánchez
ha
insistido
también
en
la
utilidad
de
una
de
las
medidas
estrellas
del
Gobierno
en
el
mercado
residencial,
aunque
de
alcance
limitado:
la
Ley
de
Vivienda.
Acompañado
por
el
presidente
de
la
Generalitat
catalana,
Salvador
Illa,
recordó
también
que
la
comunidad
quiere
impulsar
unas
50.000
viviendas
protegidas. «Es
la
senda
que
tenemos
que
continuar
todas
las
administraciones
conjuntamente.
Ojalá
todas
las
administraciones
autonómicas
y
locales
entiendan
así
de
una
vez
por
todas».
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