Desde el inicio de la pandemia, ha habido un tipo de contenido online que se ha convertido en un éxito viral entre los jóvenes japoneses: las ‘películas rápidas’, montajes condensados (de aproximadamente 10 minutos) de películas comerciales que diversos creadores (¿remezcladores?) de contenidos subían a YouTube, consiguiendo millones de visualizaciones.
Al menos hasta que las principales productoras de cine de Japón —la mayor parte de las películas ‘resumidas’ eran cine nacional— demandaron a tres de estos youtubers, logrando que fueran condenados en un juicio penal el año pasado por vulnerar derechos de autor.
Sin embargo, las productoras no han considerado esto suficiente, y ahora trece de ellas se han unido para demandar también por lo civil a los mismos youtubers, en este caso con el objetivo de obtener una significativa compensación financiera por daños y prejuicios.
Entre las productoras demandantes se encuentran las populares Toho, Toei Company y Shochiku, responsables de grandes éxitos recientes como ‘ShinGodzilla’ o ‘I Am A Hero’
Se busca sentar un precedente
Los abogados de las compañías argumentan que estos vídeos logran que «la audiencia no vuelva a ver a las obras originales» (pues ya conoce el argumento), al tiempo que generan ingresos publicitarios millonarios para los youtubers, unos ingresos que en ningún caso repercuten en favor de los titulares del copyright.
Según informa el Financial Times, a partir de junio de 2021, estas ‘películas rápidas’ se visualizaron casi 480 millones de veces en YouTube, generando unos daños que la ‘Asociación de Distribución de Contenido en el Extranjero’ estima en 95.6 mil millones de yenes (algo más de 700 millones de dólares).
Sin embargo, dicho cálculo de pérdidas no sólo es distinto al realizado por las productoras, sino que se refiere al conjunto de ‘películas rápidas’ presentes en YouTube y no sólo a las creadas por los tres youtubers demandados: las pérdidas generadas por éstos se calculan en sólo 15,7 millones de dólares, a los que, sin embargo, se les solicita ‘únicamente’ el pago del equivalente a 3,9 millones de dólares.
En el anterior juicio penal, los acusados —que se declararon culpables y a los que se les conmutaron las penas de prisión— reconocieron que habían comprobado previamente qué productoras suelen presentar demandas y cuáles no, antes de decidirse por condensar únicamente vídeos de compañías japonesas, en teoría menos proclives a sentar en el banquillo a los youtubers.
Eso fue lo que motivó a las trece compañías implicadas a presentar esta demanda civil con el objetivo de «sentar un precedente» que disuada a partir de ahora a nuevos youtubers de continuar con esta moda. «A largo plazo», afirma un comunicado de Toei Company (la productora de ‘Shin Godzilla’), «estamos protegiendo el futuro de la industria cinematográfica».
Vía | TorrentFreak
Imagen | Basada en originales de Marco Verch y Toei Company