Las patatas se mantienen frescas por más tiempo sin brotes cuando se mantienen en este lugar que muchos evitan

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Pocas
cosas
frustran
más
en
la
cocina
que
encontrar
un
saco
de
patatas
lleno
de
brotes
cuando
apenas
han
pasado
unos
días
desde
su
compra.
Este
problema,
común
en
muchos
hogares,
suele
atribuirse
a
una

mala
elección

en
el
supermercado
o
a
la
calidad
del
producto.
Sin
embargo,
la
clave
para
evitarlo
no
está
en
la
compra,
sino
en
el
almacenamiento.
Y
la
solución
se
encuentra
en
un
lugar
que
muchos
descartan
de
inmediato.

Las
patatas
son
un
alimento
básico
en
casi
cualquier
cocina.
Su
versatilidad
las
convierte
en
un

ingrediente
imprescindible

para
una
infinidad
de
recetas,
desde
guisos
hasta
frituras
o
purés.
Pero
para
aprovecharlas
al
máximo,
es
fundamental
conservarlas
en
las
mejores
condiciones.
No
hay
nada
más
molesto
que
pelar
una
patata
y
descubrir
que
su
interior
se
ha
vuelto
blando
o
que
ha
comenzado
a
desarrollar
brotes
que
afectan
su
sabor
y
textura.

Durante
años,
se
ha
repetido
la
idea
de
que
refrigerar
las
patatas
es
un
error,
ya
que
el
frío
podría
alterar
su
composición.
Se
creía
que
bajarlas
de
temperatura
transformaba
su

almidón
en
azúcar
,
dándoles
un
sabor
más
dulce
y
una
textura
menos
agradable
al
cocinarlas.

Sin
embargo,
se
ha
constatado
que
este
cambio
es
mínimo
y
que,
si
se
almacenan
correctamente,
las
patatas
pueden
conservarse

mucho
mejor

en
el
frigorífico
que
a
temperatura
ambiente.

La
clave
está
en
controlar
dos
factores
fundamentales:
la
temperatura
y
la
luz.
A
temperatura
ambiente,
especialmente
en
cocinas
cálidas,
los
tubérculos

germinan
con
rapidez
,
desarrollando
esos
brotes
que
indican
un
inicio
de
descomposición.
En
cambio,
en
un
entorno
más
fresco
y
oscuro,
este
proceso
se
ralentiza
considerablemente,
permitiendo
que
las
patatas
se
mantengan
frescas
durante
mucho
más
tiempo.

No
obstante,
es
importante
almacenarlas
de
la
manera
correcta.
No
basta
con
meterlas
en
el
frigorífico
sin
más.
Lo
ideal
es
colocarlas
en
una

bolsa
de
papel
o
de
malla
,
lo
que
permite
que
respiren
y
evita
la
acumulación
de
humedad.
Si
se
guardan
en
una
bolsa
de
plástico
cerrada,
pueden
volverse
blandas
o
desarrollar
moho
debido
a
la
falta
de
ventilación.

Pexels Polina Tankilevitch 4443442

Pexels Polina Tankilevitch 4443442

Cuidado
con
lo
que
está
al
lado

Otro
punto
a
tener
en
cuenta
es
la
proximidad
con
otros
alimentos.
Las
patatas
nunca
deben
almacenarse
junto
a

cebollas
o
ajos
,
ya
que
estos
liberan
gases
que
aceleran
su
deterioro.
Este
es
un
error
común
en
muchas
cocinas,
donde
se
tiende
a
guardar
estos
productos
juntos
en
la
despensa.
Separarlas
puede
hacer
una
gran
diferencia
en
su
conservación.

Además,
aunque
el
frigorífico
ayuda
a
prolongar
su
vida
útil,
no
significa
que
las
patatas
puedan
almacenarse
indefinidamente.
Con
el
tiempo,
incluso
bajo
las
mejores
condiciones,
perderán

firmeza
y
sabor
.
Por
ello,
lo
recomendable
es
consumirlas
en
un
plazo
de
varias
semanas
y
no
olvidar
revisar
periódicamente
su
estado.

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con
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por
el
equipo
de
DAP.

Siguiendo
estos
consejos,
es
posible
evitar
la
frustración
de
encontrar
patatas
en
mal
estado
cuando
más
se
necesitan.
Con
un
almacenamiento
adecuado,
se
puede
disfrutar
de
este
alimento
esencial
en
la
cocina
sin
preocuparse
por
su

rápida
degradación
.
Al
final,
el
frigorífico,
que
muchos
consideran
un
enemigo
de
las
patatas,
puede
ser
su
mejor
aliado.

Foto
|

Pixabay

y

Polina
Tankilevitch

En
DAP
|

Patatas
al
horno
que
se
deshacen
en
la
boca

En
DAP
|

Patatas
a
lo
pobre