Es muy importante fomentar la autonomía de nuestros hijos desde que son pequeños, ofreciéndoles la oportunidad de hacer tareas acordes a su edad, animándoles a participar en la toma de ciertas decisiones familiares y no haciendo las cosas por ellos.
Cuando un niño se siente capaz de hacer cosas por sí mismo su autoestima se ve reforzada, gana confianza y seguridad, y crece su bienestar emocional.
Por ello, debemos dar a los niños la posibilidad de trabajar su autonomía inculcándoles hábitos y rutinas diarias que, además, les ayuden a trabajar cada una de las diferentes áreas de su desarrollo.
Hoy nos centramos en su desarrollo físico: ¿qué rutinas pueden hacer los niños para cuidar y mejorar su bienestar físico?
La importancia de enseñar a los niños a cuidar su propio cuerpo y su salud
Los padres somos responsables del bienestar físico de nuestros hijos desde que nacen y mientras estén a nuestro cargo. Cuando son pequeños, nosotros somos quienes tenemos que alimentarles, cuidarles y asearles, pero poco a poco debemos ir inculcándoles hábitos de vida saludables que les eduquen en la salud, cuidados y respeto por su propio cuerpo.
La alimentación variada y equilibrada, así como el ejercicio físico rutinario son dos pilares fundamentales para la salud, y debemos inculcárselo a los niños desde temprana edad
El ejemplo que los padres damos a nuestros hijos es fundamental para que vayan interiorizando rutinas saludables, pero también lo es incorporar a su día a día ciertas actividades que les beneficien en este área de su desarrollo.
A continuación te ofrecemos algunos consejos, actividades y rutinas que podemos llevar a cabo a diario con nuestros hijos para educarles en la importancia de cuidar su salud y bienestar físico:
1) Elaborar el menú semanal en familia
Una forma de conseguir que nuestros hijos coman de todo es animándoles a opinar y decidir sobre el menú familiar.
Así, por ejemplo, si habéis decidido comer legumbre el lunes, ofrece a tu hijo la posibilidad de elegir qué tipo de legumbre prefiere y qué forma de cocinado le gusta más.
Otro ejemplo es realizar una manualidad de vuestro menú semanal (dibujarlo en una pizarra como si de un restaurante se tratara, hacerlo en cartulina, utilizar recortes de revista, colorear…). Además de ser una divertida actividad para pasar el tiempo juntos, el niño se sentirá involucrado en las comidas familiares.
2) Comprar en el supermercado
Una de las grandes ventajas de llevar a los niños al supermercado es precisamente la de inculcarles hábitos alimenticios saludables y ‘cultura’ de los alimentos. Es decir, saber de dónde provienen los alimentos, cuáles son sus formas, colores y texturas originales, qué nutrientes nos aportan, cómo se cosechan, cuáles son los productos de temporada o nuestras carnes y pescados más típicos.
Además, los expertos insisten en que cuando los niños conocen el origen de los alimentos y saben las características de lo que están consumiendo, tienden a aceptarlos mejor, sobre todo si además se involucran en su cocinado.
3) Cocinar juntos
La cocina es fuente de aprendizaje para nuestros hijos, y entre sus muchos beneficios destaca el aprendizaje de los alimentos, la importancia de llevar una dieta saludable y la predisposición a probar nuevos sabores.
4) Juegos de sabores, olores y texturas
Los sentidos juegan un papel fundamental en la alimentación. ¿Cuántos niños rechazan probar un alimento porque consideran que «tiene mala pinta», «no huele bien» o su textura les desagrada?
Para evitar este tipo de situaciones en la mesa, podemos llevar a cabo distintos juegos y actividades sensoriales con los niños pequeños para ayudarles a familiarizarse con todo tipo de alimentos.
Por ejemplo, podemos describir juntos la textura de un alimento con los ojos cerrados, hacer una cata a ciegas y hablar acerca de los distintos tipos de sabores, olfatear un plato y adivinar los ingredientes que lleva…
5) Comer en familia
Comer en familia es una de las rutinas más importantes que debemos hacer con nuestros hijos desde que son pequeños; no solo porque nos permite inculcar buenos hábitos alimenticios mediante nuestro ejemplo, sino porque ayuda a los niños a establecer una relación sana y positiva con la comida.
Para ello es fundamental que el ambiente de la comida sea amable y respetuoso, evitemos el uso de pantallas y otras distracciones, y fomentemos el diálogo positivo y abierto en familia. Además, es recomendable que los niños participen a la hora de poner y quitar la mesa, momento que podemos aprovechar para comentar detalles sobre la comida y los nutrientes que nos aportan los alimentos que vamos a consumir.
6) Ir al colegio caminando o en bicicleta
Siempre que la distancia y las condiciones lo permitan, es recomendable ir al colegio caminando cada día. Esta rutina diaria nos permite reforzar vínculos (el camino al cole puede convertirse en un bonito recuerdo de la infancia), mejorar el estado anímico y poner en marcha nuestros músculos desde primera hora de la mañana.
Igualmente, si el camino al cole están acondicionado para ello, recorrerlo en bici o en patinete es otra excelente alternativa para comenzar el día con energía al tiempo que inculcamos la práctica de ejercicio físico de forma rutinaria.
7) Jugar al aire libre cada día
Otra rutina indispensable para cuidar el bienestar físico de los niños es jugar al aire libre cada día. Mientras son pequeños es fácil mantener esta rutina, pues los niños adoran ir al parque y jugar con los amigos. Pero a medida que van creciendo, muchos niños prefieren cambiar la actividad física al aire libre por actividades sedentarias en casa.
En estos casos especialmente, los padres debemos hacer un esfuerzo por incentivar en nuestros hijos las prácticas de ocio al aire libre que les permitan no solo ejercitarse y beneficiarse de la vitamina D tan importante para su salud, sino también favorecer su aprendizaje y su desarrollo social y emocional.
8) Practicar ejercicio físico rutinario
A pesar de que el ejercicio físico es fundamental para la salud de los niños y adolescentes, se calcula que el 80% de los menores no realiza el ejercicio que debería, siendo más relevante este porcentaje entre las chicas que entre los chicos.
Debemos procurar que nuestros hijos hagan deporte al menos, tres o cuatro días por semana. A veces bastará con que jueguen de forma activa en el parque, pero en otras ocasiones será necesario establecer una rutina de ejercicio físico mediante la práctica de actividades deportivas individuales, colectivas o en familia.
9) Rutinas diarias de higiene
Las rutinas de higiene diarias no solo ayudan a los niños en su desarrollo emocional, sino también en el aspecto físico, pues cuidar del propio cuerpo mediante una correcta higiene ayuda a evitar enfermedades.
Por ello, es importante que los niños comprendan la importancia de lavarse correctamente las manos, cepillarse los dientes después de cada comida o cuidar la higiene de sus ojos; rutinas que deberíamos enseñarles a hacer de forma autónoma desde que son pequeños.
Fotos | portada, foto 2, foto 4 (iStock); foto 1 (Karolina Grabowska en Pexels); foto 3 (Anastasia Shuraeva en Pexels)
Agradecimientos | Ana Marsá, coodinadora de comunicación de The English Montessori School