Las
aperturas
con
mancuernas
están
posiblemente
en
el
top
3
de
ejercicios
que
más
se
ven
en
los
gimnasios
para
entrenar
el
pectoral.
Un
servidor
os
va
a
confesar
que
nunca
las
ha
incluido
en
sus
rutinas
de
entrenamiento
porque
desde
que
era
un
principiante
se
dio
cuenta
de
que
había
opciones
mucho
mejores.
En
este
artículo
voy
a
explicar
las
razones
de
por
qué
unas
aperturas
con
mancuernas
están
sobrevaloradas,
independientemente
del
gusto
personal
que
yo
pueda
tener
con
ellas.
Así
pues,
en
este
artículo
veremos
las
razones
por
las
que
las
aperturas
con
mancuernas
para
pectoral
no
son
un
buen
ejercicio
para
el
desarrollo
de
este
músculo.
Por
supuesto
lo
haré
basándome
tanto
en
su
fisiología
como
en
su
biomecánica.
Por
qué
las
aperturas
con
mancuernas
no
son
un
buen
ejercicio
para
el
pectoral
Vamos
a
empezar
con
ciertas
concesiones.
El
pectoral
puede
beneficiarse
de
unas
aperturas
con
mancuernas,
por
supuesto
que
sí,
y
esto
es
así
por
dos
razones:
-
Tiene
un
apalancamiento
ideal
en
los
primeros
compases
del
movimiento,
es
decir,
cuando
los
brazos
están
completamente
abiertos.
Este
movimiento
se
denomina
flexión
horizontal
de
hombro.
Dicho
de
otra
manera:
el
gesto
de
abrazar.
Cuando
decimos
que
tiene
un
buen
apalancamiento
significa
que
su
brazo
de
momento
interno
en
esta
posición
es
muy
largo
por
lo
que
tiene
la
capacidad
de
ejercer
mucha
fuerza
en
la
articulación
del
hombro. -
Las
longitudes
de
trabajo
de
los
sarcómeros
del
pectoral
llegan
a
la
región
descendente
de
la
relación
longitud-tensión.
Esto
significa
que
sus
fibras
musculares
pueden
experimentar
tensión
mecánica
pasiva
cuando
son
estiradas
y
que
por
lo
tanto
pueden
desarrollar
hipertrofia
mediada
por
estiramiento.
Estas
dos
cosas
harían
a
las
aperturas
un
ejercicio
ideal
si
no
fuera
porque
es
completamente
innecesario
e
incómodo.
Y
es
que
las
aperturas
no
solo
suponen
demandas
para
el
hombro,
que
es
lo
que
nos
interesa
para
estimular
el
pectoral
sino
también
para
el
codo,
el
cual
no
nos
interesa
nada,
ya
que
el
bíceps
tiene
que
contraerse
para
evitar
que
el
antebrazo
se
abra
hacia
afuera.
De
hecho
esta
participación
del
bíceps
se
puede
notar
y
experimentar
haciendo
un
experimento
muy
sencillo.
Coge
un
par
de
mancuernas
y
abre
los
brazos
como
si
quisieras
hacer
una
apertura.
Te
darás
cuenta
que
en
cierto
punto
no
podrás
abrir
mucho
más
los
brazos
y
es
que
lo
que
estará
sucediendo
es
que
el
bíceps
estará
tratando
de
evitar
que
el
codo
se
abra
más,
lo
que
también
provoca
tensión
en
el
hombro.
Si
en
ese
mismo
momento
flexionamos
y
cerramos
los
codos
y
nos
acomodamos
para
hacer
un
press
con
mancuernas
normal
y
corriente
comprobaremos
que
esa
tensión
en
el
hombro
desaparece
y
que
podemos
ampliar
más
el
rango
de
movimiento
provocando
un
mayor
estiramiento
del
pectoral.
¿Para
qué
hacer
entonces
unas
aperturas
si
podemos
hacer
un
press
plano
con
mancuernas?
Con
el
press
conseguimos
que
haya
una
flexión
horizontal
de
hombro
con
las
máximas
demandas
justo
en
el
lugar
donde
el
pectoral
tiene
su
mayor
brazo
de
momento
interno
y
justo
donde
sus
sarcómeros
están
estirados.
Con
las
aperturas
estamos
limitando
el
estiramiento
y
el
recorrido
del
pectoral,
aparte
de
lo
inestable
e
incómodo
que
se
siente.
Así
pues,
haz
un
press
plano
con
mancuernas
antes
que
unas
aperturas.
La
resistencia
pasa
por
el
mismo
eje
que
el
codo
de
tal
manera
que
deja
de
haber
demandas
sobre
el
bíceps.
Además,
sigue
cumpliendo
los
dos
factores
que
mencionábamos
al
principio.
En
Vitónica
|
No
hagas
una
rutina
Weider:
qué
tener
en
cuenta
para
distribuir
tus
sesiones
de
entrenamiento
a
lo
largo
de
la
semana
En
Vitónica
|
Si
la
ciencia
avalase
algunas
rutinas
para
ganar
masa
muscular
serían
estas
Imágenes
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