En medio de la escalada de violencia en Rosario y la conmoción por las amenazas narco a Lionel Messi, este sábado Horacio Rodríguez Larreta viajó a la ciudad santafesina para reunirse con el intendente local, Pablo Javkin. El mandatario porteño presentó su plan anti-narco, que choca con el de su principal competidora interna opositora, Patricia Bullrich, y le respondió al ministro de Seguridad, Aníbal Fernández: “No se perdió la batalla”.
La visita no estaba en agenda, el jefe de Gobierno viajó a apoyar a Javkin luego de que el ataque a balazos al supermercado de la familia de Antonela Roccuzzo, con una amenaza incluida para el mejor jugador del mundo, pusiera al conflicto narco en Santa Fe en el centro de la agenda política. Después del mediodía, retornó a la Ciudad de Buenos Aires.
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Larreta estuvo acompañado por Eugenio Burzaco, exsecretario de Seguridad de la Nación durante la gestión de Mauricio Macri. El exfuncionario está a cargo de los temas de Seguridad en la Fundación Pensar, que trabaja con las fundaciones del resto de los partidos de JxC (UCR, Coalición Cívica y Encuentro Federal) en la elaboración de un programa político para el posible próximo gobierno cambiemita.
“Los rosarinos que están sufriendo una situación gravísima de la cual el gobierno nacional no se hace cargo. Hay que actuar ya, no valen las elecciones ni el cambio de Gobierno porque no hay tiempo para esperar”, lanzó el precandidato a presidente, luego de la reunión con Javkin en la intendencia local.
El mandatario porteño reclamó que el Congreso apruebe una ley de extinción de dominio que permita congelar los bienes de narcotraficantes tras una investigación, pero sin necesidad de esperar a una condena firme, y también sostuvo que el Ministerio de Seguridad de la Nación debería trasladarse a Rosario para seguir de cerca el conflicto.
Pero fundamentalmente, como parte de su plan “antinarco”, Larreta propone enviar 3000 gendarmes a Rosario “para recuperar el territorio ocupado por los narcos”, y crear, tomando a las personas más capacitadas de las fuerzas federales, un “grupo de elite” que lleve adelante las investigaciones, y que vendría a funcionar como una versión argentina del FBI estadounidense.
Pero el jefe de Gobierno rechaza de plano el envío de las Fuerzas Armadas para enfrenar el problema narco en Rosario o en cualquier provincia: “No se pueden sacar a la calle, no están para eso”, ha dicho y sostiene que deben utilizarse para “blindar” las fronteras.
Aunque ambos coinciden en la necesidad de quitar a la policía santafecina del medio, el uso del ejército es el punto en el plan de Larreta choca con el de Patricia Bullrich, que también competirá por la presidencia en las PASO de Juntos por el Cambio.
La presidenta del PRO plantea hace meses la necesidad de modificar las leyes de Defensa y Seguridad Interior para que, luego de una capacitación, soldados de las Fuerzas Armadas puedan actuar en el territorio para combatir al narco.
Por otra parte, tanto Larreta como Bullrich coinciden en la necesidad de aislar a los presos que hayan sido detenidos por narcotráfico, para evitar la comunicación con el exterior y sus organizaciones criminales, y también la ampliación de sus zonas de influencia dentro de las cárceles.
“Mi mensaje a los rosarinos, es que se puede dar la batalla a las mafias y a las drogas. En la Ciudad de Buenos Aires lo hicimos, después de muchos años de pelear, de trabajar con un plan integral; no hay medidas mágicas”, concluyó este sábado el jefe de Gobierno, en tono de campaña, antes de regresar a la Capital Federal.