No nos ganan más, che bostero, no nos ganan más”. El pitazo final de Lucas Galán les permitió a los hinchas zanjeros descomprimir el nerviosismo de los minutos finales y gastar, una vez más, al CASI. Es que con el apretadísimo 20-19, los dueños de casa vencieron por quinta vez consecutiva al clásico rival de toda la vida para acortar distancias en el historial:tras 129 encuentros, la Cebra se llevó 67, los de Boulogne ganaron 52 y hubo 10 empates.
El marco fue importante, y no sólo porque el SIC llegó con mínimas chances de clasificarse a las semifinales (instancia de la cual quedó eliminado más allá de la victoria a partir del triunfo de Alumni), sino porque el clima acompañó. El solcito dijo presente y encendió la zona para dejar atrás los fríos y lluviosos sábados anteriores. En la cancha no hubo brillo, pero sí la entrega y garra característica de este duelo tan especial.
Joaquín Lamas, quien tomó la posta de Benjamín Madero (héroe en los clásicos del 2017 y de presente en Italia), fue el conductor perfecto para un Zanjero que mezcla mucha potencia en los forwards y velocidad en los tres cuartos. El apertura de 21 años no ocultó su felicidad.
Benavides hizo el primer try del Zanjero
“Siento una alegría inmensa pese a que no jugamos como queríamos y tuvimos muchas imprecisiones. Supimos aprovechar cada una de las oportunidades para quedarnos con el triunfo”, le dijo Paco a Olé. Lamas, que bien podría ser Lorenzo, continúa con el legado familiar: su papá Diego y sus tíos Luis, Andrés y Alberto vistieron la camiseta del SIC.
Con la efectividad del 10 más el try de Ignacio Benavides, los de Boulogne tomaron una rápida ventaja de 13-3 frente a un CASI sin respuesta. Sin embargo, de a poco la visita se fue animando:evitó patear a los palos y transformó un line en try, y sumado a un penal igualó todo al término de los 40 minutos.
El envión más las inseguridades zanjeras le dieron a Juan Wilson la oportunidad de anotar dos veces más y quedar cerca de dar el golpe. Sin embargo, una corrida de Manuel Ibáñez, quien había ingresado hacía un ratito, dejó al dueño de casa 18-19 con la conversión desde la punta derecha pendiente. “Cuando vi que pegó en el palo pensé que se iba afuera… pero por suerte entró”, aseguró Lamas. El corazón se le paró en esos segundos que la ovalada dio en el poste y pasó dentro de la hache.
La tarea del apertura no sólo se limitó con la guinda en las manos (y pie derecho), sino que también mostró solidez en defensa (enorme actuación de Tomás Meyrelles y Andrea Panzarini en este aspecto): “Me vienen apuntando seguido, se ve que mucho no tackleo, ja”. Corrección: mucho no tackleaba. Ante la Academia fue un muro.
Andrea Panzarini, una de las figuras del equipo.
Antes del alocado festejo, la Zanja sufrió mucho:Luca Canzani le negó el drop a Wilson y lo frenaron a centímetros del ingoal. Cuando más lo necesitaba, apareció la defensa zanjera.
Una vez más, el SIC quedó fuera de la semi. Una vez más ganó el clásico. Siempre encuentra consuelo.