La tajante decisión de Japón con la vestimenta de sus atletas para los Juegos Olímpicos

Hace
algunos
días
que
se
habla
de
un
solo
tema:
los

Juegos
Olímpicos.
Pero,
a
diferencia
del
resto
de
los
países,
en
Japón
la
atención
viró
hacia
otro
tópico
que
también
está
relacionado
a
la
competencia
cuya
ceremonia
inaugural
se
celebró
este
miércoles.
¿Cuál?

La
vestimenta
de
sus
atletas
y
la
inesperada
decisión
que
tomó
la
delegación
al
respecto.

Una
problemática
recurrente
en
el
terreno
asiático
es

el
trastorno
del
voyeurismo
que
afecta
a
gran
parte
de
la
población
y
que,
como
es
común
encontrarlo
entre
los
fanáticos
del
deporte,
termina
también

perjudicando
a
quienes
representan
los
colores
de
la
bandera.
Es
por
eso
que
la
empresa
Mizuno
debió
cambiar
el
diseño
de
los
uniformes
para
evitar
que
las
embajadoras
niponas
de
las
distintas
disciplinas
sean
víctimas
de
esa
sexualización.

Esta
cuestión
surgió
a
partir
de
una
serie
de
antecedentes.
Sin
ir
muy
lejos,
en
Tokio
2020,
muchas
japonesas
lo
sufrieron
en
carne
propia.
Y,
durante
el
certamen,
la
BBC
publicó
un
artículo
al
respecto. «La
controversia

sobre
lo
que
pueden
usar
o
no
las
mujeres
deportistas
en
las
competencia»,
reza
el
título
de
la
nota
que
discute
los
atuendos «apropiados»
para
este
tipo
de
eventos.

En
estos
JJ.OO.
las
cosas
serán
distintas:
la
marca
que
viste
a
las
distintas
selecciones
(en
conjunto
con
Sumitomo
Metal
Mining,
Kyodo
Printing
y
el
Comité
Olímpico
de
Japón)
confeccionó
un
uniforme
preparado
para
absorber
la
luz
infrarroja
de
las
cámaras.
¿Por
qué?
Las
cámaras
con
dicha
función,
que
sirven
muchas
veces
como «una
visión
de
rayos
X»,
fueron
las
causantes
de
la
polémica
en
la
edición
pasada,
ya
que

permiten
ver
las
líneas
del
cuerpo
de
una
persona
o
incluso
qué
tipo
de
ropa
interior
lleva.

De
esta
manera,
el
nuevo
uniforme
cuenta
con
un
tejido
especial
que
imposibilita
visualizar
partes
íntimas
de
los
deportistas,

sin
importar
el
dispositivo
con
el
que
se
capturen
las
imágenes.
Así,
los
protagonistas
podrán
concentrarse
en
sus
objetivos
sintiéndose «protegidos»
de
esas
fotografías
ilícitas.