Será casualidad o no, pero la nueva serie de Flooxer llega en el año Berlanga con un derroche de ingenio, mala hostia, personajes esperpénticos y un fiel retrato de nuestra realidad. ‘La reina del pueblo‘, la nueva serie de Raúl Navarro, uno de los artífices de ‘El fin de la comedia‘ o ‘El vecino‘, es la comedia más refrescante del verano.
Modernos del pueblo
Escrita y dirigida por Raúl Navarro, ‘La reina del pueblo’ nos lleva de la mano a través de Polvaredas de la Sierra en una aventura donde la nostalgia no se subraya, donde no es necesario idealizar los recuerdos porque lo que tenemos que hacer es aprovechar el presente. Al contrario que ficciones recientes empeñadas en subrayar el valor de la memoria, aquí el viaje es natural porque lo que estamos viendo es hoy. De hecho, probablemente sea mañana.
Con un reparto inmejorable donde brilla hasta el encargado de la pirotecnia de las fiestas, la serie de Flooxer está hecha para dejar brillar a sus protagonistas. Lucía Caraballo, Ana Jara, Omar Banana, Cristina Colom y veteranos como Roberto Álamo, Melani Olivares y Canco Rodríguez se apoderan de cada momento en la pantalla. Lo de Olivares es un primor, Álamo se siente como en casa con este tipo de personaje y Rodríguez contenido resulta más hilarante que cuando va pasado de vueltas.
La parte más joven del reparto, verdadera protagonista de la función, derrocha naturalidad y buen rollo. Omar Banana, al que ya habíamos fichado en ‘Reyes de la noche‘, está destinado a ser uno de nuestros favoritos del futuro. Presente, futuro y un magnífico recuerdo a nuestro pasado: Marta Fernández-Muro, qué placer tenerte siempre cerca.
Cuestión de ritmo
Humor de brocha gorda pero siempre elegante, aunque Navarro nunca se resista a dejar de hacer un buen chiste ofensivo cuando la ocasión lo requiere, todo es cuestión de ritmo en ‘La reina del pueblo’. Las interpretaciones, las réplicas, la edición y la excelente selección musical de Navarro, connaisseur del medio y del momento y que se muestra tan seguro eligiendo canciones como escribiendo líneas frescas, cercanas y creíbles.
La galería de personajes excesivos que van desfilando por la serie es capaz de unir tradición y ruptura con una facilidad pasmosa, envidiable. Algo realmente difícil de encontrar en nuestro preestablecido sistema de entretenimiento audiovisual, donde (casi) todo está hecho con plantilla.
En ese sentido, la nueva serie de Flooxer demuestra que si alguien ha sabido entender los nuevos tiempos y a los nuevos espectadores, son ellos. Los contenidos que Atresmedia ha ido creando para sus plataformas y canales han refrescado un panorama que apuntaba a páramo y ha terminado en refrescante oasis. La serie del verano.
