La realidad laboral Vs los millennials y sus sueños

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Tras la Segunda Guerra Mundial, cada década ha tenido su generación y con ella más de marketing que de un estudio profundo de esos hombres y mujeres ha surgido: la generación de los Baby Boomers, la X y ahora es el turno de la Y. Mientras que a la Generación X se la considera ahora menos preparada que la de los millennials, en su momento lo fueron en comparación con la anterior.

Y así podríamos analizar sucesivamente a un grupo de personas que comparten una edad y un contexto: vivir conectados a internet a través de diferentes dispositivos. ¿Eso es mejor, es peor? ¿Les convierte en mejores trabajadores? ¡Claro que no!, pero a nadie se le olvida el eslogan: JASP, jóvenes aunque sobradamente preparados del anuncio de un coche de 1995. No dejaba de ser una etiqueta pero también un reflejo de la sociedad de la época y la idea generalizada que se tenía de los jóvenes.

Si hay algo digno de mencionar es que a los millennials les ha tocado incorporarse en un mercado laboral que hacía aguas, de hecho aún sucede al ofertar trabajos precarios, con sueldos que no permiten la emancipación. Y el hecho de tener que compaginar varios empleos para llegar a fin de mes. Esto no es sólo algo que afecte a esta generación, los que pasan de los 40 también lo sufren.

Por un lado, una parte de estos millennials, ha apostado por emprender y montar su propio negocio, gracias a una preparación académica positiva y un alto conocimiento de idiomas. El problema es que se topan con los mismos obstáculos de siempre: la burocracia.

Malos tiempos para el emprendimiento joven: el número de autónomos menores de 30 años se ha reducido casi la mitad desde 2007

Si las nuevas generaciones tienen algo que aportar a la empresa, pero ésta vive anclada en el pasado, al final tendremos trabajadores todavía aún más frustrados, o una generación que como única salida encontrará emprender, y ni todos están preparados para ello, ni este país se lo pone fácil.

Si los millennials son considerados personas motivadas, que apuestan por la conciliación y las empresas no se ponen las pilas, perderán la oportunidad de mantener o retener talento. Una generación que apuesta por la flexibilidad laboral no encaja con algunos modelos que todavía se ven en las organizaciones.

Millennials y hombres y mujeres de 35, 45 y 55 generación x, z o y al final, tropiezan con las mismas piedras. Obviamente no todos están sobradamente preparados, ni todos son unos incultos.

Trabajar desde casa (si es posible), aportar ideas, y sobre todo, apostar por ser freelance es la tendencia, sobre todo si lo que buscan es trabajar con clientes con los que se sientan cómodos y sean ellos los encargados de poner sus horarios y sus límites.

Como redactora freelance, creo que lo de trabajar en casa no es un chollo, y nunca lo he visto como el ideal de trabajo.

Pero, en ocasiones hay que aceptar que no te hagan contratos en las empresas por las que pasas por diversas razones y al final no quede otra que ir por libre, con sus pros y sus contras.

Emprender, lo que antaño era montar tu negocio, es una salida forzosa porque me niego a pensar que todos los millennials desean crear aplicaciones, o trabajar desde casa sin relacionarse con seres humanos.

Pero también, me parece una elección respetable para quien tenga las ideas claras, el capital suficiente y toda la ilusión del mundo el ser dueño de su propio negocio. La historia está llena de esas personas: las que dan un paso al frente y apuestan por montar una empresa.

Imagen|Quinndeislander