La polémica de las exclusiones marca el cierre de la Cumbre de las Américas de Los Ángeles

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Foto Presidencia
Foto: Presidencia.

Gobernantes americanos acordaron promover la democracia y el desarrollo económico y gestionar juntos la migración descontrolada en el continente, al cabo de una polémica Cumbre de las Américas en la ciudad de Los Ángeles que expuso diferencias entre Estados Unidos y la región.

La firma de la declaración final consensuada, que también incluye compromisos sobre cambio climático y preparación para pandemias, dio al encuentro una necesitada señal de concordia luego de que varios líderes, entre ellos el chileno Gabriel Boric, reiteraran este viernes críticas a Estados Unidos por excluir de la cumbre a Cuba, Nicaragua y Venezuela.

El presidente de Colombia, Iván Duque, se puso del lado de Estados Unidos.

El Gobierno del presidente estadounidense Joe Biden, anfitrión de la cumbre, dice que los Gobiernos de esos tres países son dictaduras, pero México, Argentina y otras naciones de la región tienen una visión distinta. La decisión ya había motivado la ausencia del presidente mexicano, Andrés López Obrador, y rebajado las expectativas en el evento.

El presidente Alberto Fernández había expresado ayer las primeras críticas a las expulsiones en una reunión de todos los mandatarios, y el canciller de México apoyó  sus afirmaciones de que la Organización de los Estados Americanos (OEA) facilitó un golpe de Estado en Bolivia en 2019 y de que sus autoridades deben ser removidas.

«Nadie tiene derecho de excluir a otro país por la razón que fuese, y menos por que haya una diferencia política sobre su régimen político», dijo el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, en su discurso en la cumbre ante los líderes asistentes.

«La arquitectura, fundamentos y función de la Organización de los Estados Americanos está agotada. (…) Y no estoy exagerando, estoy solamente recogiendo lo que he escuchado, más lo que es la posición nuestra también, y nos unimos a ellos», siguió.

«Dijo el presidente de la Argentina, Alberto Fernández, en esta tribuna, a nombre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, que debería renovarse de inmediato la dirigencia de la OEA y dar lugar a otra etapa en la forma en que estamos organizados», agregó.

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Biden no invitó a la cumbre al líder opositor venezolano Juan Guaidó, pese a que Estados Unidos lo reconoce como presidente, pero mantuvo con él una videoconferencia que sirvió a manera de bilateral.

El secretario de Estado estadounidense, Blinken, dijo en la cumbre que el Gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro y la oposición habían «señalado la intención de reanudar esas conversaciones y negociaciones en la Ciudad de México. Esa es la información más reciente que tenemos», dijo.

Blinken dijo luego en una conferencia de prensa que Estados Unidos estaba conforme con los resultados de la cumbre.

Sin embargo, la cita política tocó a su fin con más pena que gloria en medio de las desavenencias entre Biden y el grupo de presidentes que le mostraron mayor afinidad, por un lado, y los críticos de las exclusiones.

Con todo, la controversia parecía haber quedado superada luego de que Estados Unidos anunciara esta semana durante la cumbre varias iniciativas para promover el desarrollo de la región.

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Foto: Presidencia.

Pero el tema reapareció cuando los líderes se sentaron cara a cara para las plenarias de la cumbre, y luego de que el presidente Biden las inaugurara ayer con un discurso centrado en los valores democráticos y su importancia.

Apenas culminó el discurso del anfitrión, el presidente Fernández y el premier de Belice, John Briceño, cuestionaron la decisión de las exclusiones, y este viernes se les sumó Boric, que además pidió el fin del bloqueo estadounidense a Cuba.

«Acá debiéramos estar todos y no estamos todos, no me gusta la exclusión de Cuba, Venezuela y Nicaragua», afirmó, y agregó que eso solo «fomenta el aislamiento y no da resultados».

Tras él, el colombiano Duque, un aliado de Estados Unidos que está por dejar el cargo, recogió el guante y respaldó la decisión del Gobierno de Biden sobre los invitados a la cumbre, la primera que se hace en suelo estadounidense desde 1994.

«Hay una clara diferenciación entre quienes somos demócratas y quienes son autócratas», dijo. «No hay exclusiones ideológicas», aseguró.

La «Declaración de Los Ángeles sobre Migración y Protección» alcanzada quizás sea el mayor logro de la cumbre para Biden, por tratarse de una cuestión continental de alto impacto electoral en su país, cuyo tratamiento en la cita le suma votos al mandatario en un año electoral clave en el que se renueva el Congreso estadounidense.

Pero el acuerdo involucró solo a 20 países, los que están siendo golpeados más duros por la ola de migración continental que recorre el continente desde 2017, sobre todo de centroamericanos, haitianos y venezolanos.

«Cada uno de nosotros asume compromisos que reconocen los desafíos que todos compartimos», celebró Biden en un podio con un fondo de banderas de los 20 países firmantes, desde Chile a Canadá, pasando por Perú y Ecuador y Colombia y las naciones centroamericanas.

«Esto es solo el comienzo. Queda mucho trabajo por hacer», agregó el presidente.

La iniciativa tiene como pilares facilitar el ingreso legal de personas a países de destino, ayudar a poblaciones afectadas por la migración y responder a la emergencia humanitaria en las fronteras de manera coordinada, informó la Casa Blanca.

Estados Unidos acogerá a 20.000 refugiados de América Latina en 2023 y 2024, tres veces más que este año y con especial prioridad a los procedentes de Haití, y desembolsará 314 millones de dólares en ayuda para migrantes en la región.

La cumbre sirvió de plataforma para reuniones bilaterales, como la de Biden con el presidente brasileño Jair Bolsonaro, quien dijo que estaba «maravillado» con el encuentro y que pudo resolver diferencias que arrastraba con el líder estadounidense.

El mandatario brasileño dijo también ante sus pares que su país defiende el medio ambiente y los bosques y tiene para ello la legislación más completa del mundo, luego de críticas por la deforestación sin control de la Amazonia.