“No tiene candidato. No es una disputa en la que Axel esté, ni quiera involucrarse”. El gobernador Axel Kicillof busca mostrarse prescindente de una definición clave que juega a la mancha venenosa: la presidencia de la Cámara de Diputados bonaerense, enchastrada por el escándalo de “Chocolate” Rigau. Una caja suculenta de $62.100 millones. Entre los escombros que dejó la derrota del peronismo en el balotaje, Sergio Massa y Máximo Kirchner encabezaron en persona las negociaciones en el Palacio de la calle 7 entre 51 y 53 de La Plata.
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“Hasta ayer esa era la intención”, dicen cerca de Massa por las chances de que Ruben “El Turco” Eslaiman, hasta hoy vicepresidente, a quien el concejal Facundo Albini, detenido por el Chocolategate, apuntó como uno de los cerebros detrás de los ñoquis de la Legislatura bonaerense. “Yo no estoy”, respondía este mediodía, desentendido el dirigente de San Martín por las negociaciones de último momento para nombrar al sucesor de Federico Otermín, que asumirá como intendente de Lomas de Zamora. La sesión para designar las autoridades fue convocada para hoy.
Martín Insaurralde, quien aún mantiene espacios de poder en el gabinete y en la Legislatura, mueve fichas en las sombras. Hasta ahora según pudo saber TN, crecieron las acciones de Alejandro Dichiara y Alexis Guerrera para presidir la Cámara de Diputadas bonaerense. “Si llega Dichiara gana Máximo. No sabés cómo lo festejaban los de La Cámpora cuando recibió el diploma como diputado. Lo aplaudían como a un tío bueno”, comenta un conocedor de la interna peronista.
Guerrera, el saliente ministro de Transporte de la Nación, responde a Massa y era ofrecido como un plan B a Eslaiman, a tiro de la justicia por el caso “Chocolate”.
Los intendentes viudos de Insaurralde impulsan a Mariano Cascallares, intendente de Almirante Brown (de licencia), con el aval del hombre fuerte de Lomas de Zamora que sigue ahogado en el silencio desde el escándalo del yate en Marbella.
“Creo que será entre esos dos nombres, Dichiara y Guerrera, y no entre Eslaiman y Cascallares como se preveía”, señalaba a TN un operador desde la Legislatura bonaerense, donde La Libertad Avanza quedó partida en cinco bloques y la UCR iba camino a la fractura con la pelea de fondo entre Facundo Manes, que impulsa a Claudio Frangul, y Maximiliano Abad, a Diego Garciarena. Para la presidencia del bloque peronista suena el camporista Facundo Tignanelli.
Máximo Kirchner busca hacer base en la Legislatura: sabe que tiene los días contados en la presidencia de PJ bonaerense -varios intendentes impulsan a Kicillof- y sus alfiles en el gabinete provincial. Es inminente el anuncio de Kicillof a través de un comunicado. “Equipo que gana, no se toca”, dice para cerrarle la puerta al hijo de Cristina Kirchner.