El pasado jueves, el INE presentaba la EPA correspondiente al segundo trimestre del año, reflejando un aumento en el número de ocupados y una reducción en la tasa de desempleo. Aunque se trata de una encuesta, la mayoría de expertos la toman como válida para reflejar la evolución de la ocupación y el desempleo, incluso por encima de los datos del paro registrado, pues proporciona una información más detallada y acorde con los estándares de Eurostat.
Sin embargo, este registro tan cercano a la realidad muestra una distorsión cuando hablamos de los trabajadores autónomos. Al menos esto es lo que opina la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA), que han puesto de nuevo de manifiesto lo lejos de la realidad que se encuentra la EPA cuando hablamos de trabajadores autónomos, al mostrar una tendencia totalmente contraria y distorsiona lo que ocurre con los registros de Seguridad Social.
Este análisis se basa en el hecho de que, en términos interanuales, la EPA refleja una pérdida de 49.700 trabajadores autónomos desde septiembre de 2017 y un crecimiento de los autónomos empleadores de 11.700, mientras los datos de la Seguridad Social muestran un crecimiento en el último año de 37.161 autónomos más.
Según la principal asociación de autónomos, estos datos nuevamente vienen a desmotar los argumentos de aquellos que afirman que el empleo que se está generando es de falsos autónomos, ya que estos trabajadores se encuadran dentro del colectivo de trabajadores por cuenta propia sin personal asalariado a cargo, que precisamente son los que mayor descenso registran.
Al mismo tiempo, ATA ha recomendado que se establezca en España un clima de estabilidad, confianza y certidumbre, las tres recetas clave que sirven para crear un clima que permita generar actividad económica, empleo y emprendimiento. Tres objetivos para los cuales, desde luego, la subida de impuestos y cotizaciones sociales no son precisamente la solución.
