En los últimos meses se ha cernido una revolución en el street style que no grita, sino que susurra con descaro: la corbata ya no sólo se lleva colgando del cuello como un regreso del accesorio que muchos creían olvidado, sino que ahora toma más protagonismo al llevarla ceñida a la cintura.
Con esta nueva declaración de estilo, lo raro se vuelve tendencia, lo clásico adquiere una vuelta de tuerca, y algo tan trillado como una corbata se convierte en la gran aliada para marcar figura y romper normas.
Lo curioso es que esta moda no ha surgido de un desfile estrafalario ni de la cabeza de un diseñador excéntrico: viene directamente de las calles, de Instagram y de TikTok. Tal como cuentan recientes publicaciones, el truco no puede ser más sencillo ni más ingenioso: basta con una corbata llamativa, meterla por dentro de la cintura del pantalón y listo: ya estás a la moda.
En realidad, la práctica de «fajar» la corbata tiene cierto peso histórico dentro del código sartorial más tradicional. Aunque hoy lo veamos como un guiño más informal, este estilo conecta directamente con la estética Ivy League, la base original del preppy que nació en los campus del noreste de Estados Unidos durante los años cincuenta, cuando los estudiantes combinaban su ropa deportiva con toques más formales, como camisas Oxford o chaquetas estructuradas.
Con el paso del tiempo, esos mismos estudiantes subieron de nivel sartorial y convirtieron sus uniformes en un símbolo de estatus relajado, y ahí la corbata tuvo un papel clave.
El fenómeno de meter la corbata por dentro del pantalón se popularizó precisamente porque puede transmitir dos mensajes a la vez: el de la formalidad controlada y el de la despreocupación estudiantil. Recientemente, esta tendencia conocida como «tie tuck» ha sido reinterpretada por diseñadores contemporáneos como Michael Rider en Celine o Haider Ackermann para Tom Ford, quienes la usan para jugar con esa línea entre lo pulido y lo descuidado de forma deliberada.
Sin embargo, siendo más estrictos en cuanto a las reglas de estilo, el llevar la corbata dentro de la cintura del pantalón tiene un buen fundamento, como lo explica un empleado de la marca Georgenti:
«usar corbatas regulares con pantalones de talle alto casi siempre parece demasiado larga, porque el final de la corbata no coincide con la altura de la cintura. Con pantalones de talle más alto, casi siempre tienes que meter la corbata. Realmente me gusta ese look, porque en general, los pantalones de talle más alto tienen detalles de pliegues, pinzas laterales, todo tipo de cosas que en realidad se ven muy bien y quieres lucirlas, así que no temas meter tu corbata en la cintura con un pantalón de talle más alto».
Ese gesto, que podría parecer arrogante o simplemente raro a los ojos de quienes no han seguido la historia de la moda, se convierte así en una marca de identidad sofisticada.
Quienes lo adoptan conectan con una línea que va desde los estudiantes de preparatoria de los años cincuenta hasta los jóvenes diseñadores que hoy quieren reinterpretar el legado WASP sin perder ni un gramo de actitud.
En definitiva, fajar la corbata es más que un gesto a la moda: es una pequeña rebelión preppy con mucha gracia y bastante tradición detrás.
Fotos de GQ
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