En toda la algarabía en torno a las métricas de Netflix, incluyendo su nueva metodología, la compañía ha tenido, por fin, un momento para hablar sobre la gran polémica de las últimas semanas: la reacción negativa hacia el último especial de Dave Chappelle y el pobre manejo de la situación desde las altas esferas.
Ha sido Ted Sarandos, CCO de la compañía, que en entrevistas ha admitido fallos en la comunicación interna. Concretamente en unos emails internos filtrados en los que el ejecutivo quitaba hierro al asunto declarando que «tenemos una fuerte convicción de que el contenido en pantalla no se traduce directamente en daño en el mundo real».
Pero, pongámonos en precedentes. El 5 de octubre aterrizaba en la plataforma ‘The Closer’, su nuevo monólogo en donde el cómico tocaba, en su modo habitual, diversos aspectos de actualidad y, en un momento dado, Chappelle bromeó sobre la discriminación hacia el colectivo LGTBQ y sobre la comunidad transgénero. Él llegó a proclamarse «team TERF».
Filtraciones y protestas
Algo que causó mucho revuelo y malestar entre los mismos empleados de Netflix, con actos de protesta que incluían la huelga por parte de los trabajadores transgénero de la empresa. Se llegó a un punto en el que se suspendió (y se readmitió) a parte del staff de la compañía que había alzado la voz al respecto.
Una crisis tanto interna como externa sobre la que han corrido ríos de tinta y de la que, dos semanas después de que la bola de nieve comenzase a tomar proporciones enormes, Ted Sarandos ha admitido haber gestionado mal la situación, por lo menos a nivel de comunicación:
«Obviamente, la cagué en esa comunicación interna. Lo hice, y de dos maneras. La primera y principal, debí haber liderado con mucha más humanidad. Quiero decir, tengo un grupo de empleados que definitivamente estaban sintiendo dolor y daño por una decisión que hicimos. Y creo que eso necesita ser reconocido antes de ir a la base de cualquier cosa. No lo hice. No fue propio de mí, y se movió rápido e intentábamos contestar algunas preguntas muy específicas que estaban en el aire. Aterrizamos con algunas cosas que eran mucho más amplias y prosaicas que no son del todo precisas.
Claro que la narrativa tiene impacto real en el mundo real. Lo repito porque por eso trabajo aquí, es por qué hacemos lo que hacemos. El impacto puede ser altamente positiva y puede ser bastante negativa. Así que debería haber estado mejor en esa comunicación. Se estaban uniendo a una conversación ya en progreso pero fuera de contexto. Pero eso pasa, los emails internos salen. En todas mis comunicaciones debo inclinarme hacia lo humano y no hacer una declaración amplia que puede caer muy diferente a lo que nos proponíamos.»
Por otro lado, Sarandos habla que independientemente de la polémica, no hubiera sido apropiado el poner alguna advertencia sobre el contenido:
«La comedia de stand-up es una forma de arte vocal muy singular. Los cómicos prueban el material algunas veces hasta dos años antes de que graben el especial, por lo que realmente ni nos involucramos ni interferimos con el material en sí mismo y creo que es consistente con el sello de comedia de monólogo y ciertamente consistente con el humor de David Chappelle, por lo que no pienso que una cartela de advertencia o una edición hubiera sido apropiado.»