La Guardia Civil desmantela una trama de estafadores que robaron 180.000 € con el ‘timo del hijo en apuros’

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180.000 euros. Eso fue lo que logró agenciarse, sólo en la provincia de Granada una red criminal de ciberestafas que recurría a una técnica conocida como ‘el timo del hijo en apuros’: la explotación de la preocupación de unos padres (habitualmente con conocimientos básicos de informática y móviles) por la presunta situación de sus hijos.

Por fortuna, este fin de semana, en el marco de una operación denominada «Munkid», la Guardia Civil ha desmantelado esta red después de que estafara a 44 víctimas. ¿El resultado? Ocho detenidos y 32 investigados.

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¿Cómo operaban?

La estafa parecía sencilla, pero estaba hábilmente orquestada:

  1. El mensaje inicial: Las víctimas recibían por SMS (desde un número desconocido) un mensaje que decía: «Hola mamá. Mi móvil está roto. Tengo un número temporal…». Este mensaje generaba inmediata preocupación en el receptor.
  2. Redirigir a un WhatsApp de terceros: «Puedes enviarme un SMS a través de WhatsApp al número 656…».
  3. Suplantación de identidad: Utilizando un lenguaje cercano y familiar, los delincuentes se ganaban la confianza de sus víctimas.
  4. Petición urgente de dinero: Tras el contacto inicial, se indicaba que se estaban enfrentando a problemas económicos y solicitaban transferencias.
Intentaron timarle por WhatsApp, pero los estafadores no esperaban la forma en que les respondió

Elena, una de las afectadas indirectas de la estafa (fue suplantada, y su padre convencido de enviar dinero 3.900 €), explicaba a Antena 3 que

«cuando mi padre estaba en el banco para realizar el ingreso del dinero solicitado, le pidieron una segunda transferencia e incluso una tercera»

Tras las huellas del dinero

Siguiendo la ruta del dinero estafado, los investigadores descubrieron que el punto neurálgico de la trama estaba localizado en Pegalajar, Jaén. Una joven de 23 años, titular de cuentas bancarias, desempeñaba un papel crucial en la captación de «mulas» para dar de alta nuevas cuentas y recoger los fondos. Pero el esquema era aún más complejo:

  • Un hombre de 24 años, con base en Pedrera, Sevilla, se encargaba de contactar y gestionar las cuentas, y era el nexo con los verdaderos cerebros detrás de las estafas.
  • 32 individuos han sido investigados como «mulas», que a cambio de remuneración, abrían cuentas a su nombre para facilitar las operaciones de la banda.

Las detenciones e investigaciones se han extendido por numerosas provincias, desde Jaén y Sevilla hasta Barcelona y Zaragoza, entre otras.

No caigas en la trampa

Para evitar caer en trampas como esta, tres consejos rápidos:

  • En primer lugar, siempre (reitero: siempre) que recibamos una comunicación por e-mail, WhatsApp o SMS de alguien que conocemos, pero nos pide que contactemos con él por otra vía distinta de la habitual, tenemos que escribirle y/o llamarle, precisamente, a esa vía habitual (a su número o e-mail de toda la vida, vaya), para asegurarnos. No nos creamos al primero que diga ser conocido/familiar nuestro.
  • Si hemos llamado al número de siempre y, efectivamente, no da señal, puede deberse a muchas razones (que esté viajando, que se le haya agotado la batería…). Asegurémonos de que nuestro interlocutor es quien dice ser: por fortuna, WhatsApp permite usar muy fácilmente tanto los mensajes de voz como las llamadas y videollamadas. Pidámosle que use alguna de ellas: si la otra persona es de verdad nuestro hijo/a, no debería tener ningún problema en tranquilizar tus miedos. Si empieza a poner excusas, cuidado.
  • Puede parecer buena idea preguntarle a nuestro interlocutor información que «un extraño no debería saber», como la dirección postal de nuestro hijo. Pero eso no es garantía de nada: cada vez más, los ciberestafadores hacen sus deberes y cuentan con esa información.

Imagen | Marcos Merino mediante IA

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