La principal premisa para la implantación de la semana laboral de cuatro días es que al tener más descanso y más facilidad para la conciliación de la vida personal y profesional, los trabajadores van a mejorar su productividad al estar más centrados en sus tareas. Lo cierto es que los datos no muestran grandes aumentos de productividad, al menos no tanto como para compensar trabajar ocho horas menos a la semana.
Esto es al menos lo que se desprende de uno de los experimentos más interesantes puestos en marcha con la semana de cuatro días. Hablamos del 4 Day Week Global, donde participan 70 empresas representativas de diferentes sectores e implica a más de 3.000 trabajadores. Según los datos ofrecidos por Bloomberg un 49% de los responsables encuestados afirman que la productividad ha mejorado y un 46% afirmaba que se mantenía estable. Solo un 15% afirma que la productividad ha mejorado de forma significativa.
No se consigue un aumento de la productividad del 20% de la noche a la mañana
El dato que nos indica que un 95% de los empleados rindió igual o mejor que con la jornada de 5 días no parece que sea el definitivo para convencer a las empresas e implantar la jornada de cuatro días. Si se trabajan menos horas y la productividad no aumenta, el resultado es que para hacer el mismo trabajo se necesita más personal.
No se mejora la productividad de un día para otro. Los malos hábitos siguen estando con nosotros
Lógicamente esto supone un mayor coste para la empresa, que al final acaba repercutiendo a sus clientes. El resultado es que ofrece lo mismo a un mayor precio, por lo que acaba por perder competitividad respecto a su competencia.
Una cuestión diferente, y para esto hay que esperar más tiempo, es cómo afecta la jornada laboral de cuatro días al absentismo laboral. También a los días libres de asuntos propios o las horas de libre disposición que tienen determinados sectores. Si con una jornada de cuatro días se consigue mejorar el absentismo, aquí si empieza a ser más rentable. Pero igualmente para su implantación es imprescindible la mejora de la productividad.
No todo son malas noticias, las empresas quieren mantener la jornada de cuatro días
La mejor noticia es que la mayoría de las organizaciones quiere mantener la semana laboral de cuatro días una vez que finalice el programa piloto en noviembre. Hablamos de un 86% de las empresas que participan. Habrá que ver cuántas lo mantienen pasado un año.
Podemos hablar de otros beneficios que no tienen que ver con la productividad, como puede ser la facilidad para captar talento en las empresas o tener menos gastos de desplazamientos. Pero en muchos casos las empresas ya buscan estos beneficios apostando por un modelo de teletrabajo híbrido. Y tampoco en todos los sectores se puede implantar de igual manera.
Con esto corremos el riesgo de ahondar más todavía en desigualdad laboral dependiendo del sector en el que trabajamos. Algo que ya ocurre, pero que sería pero si sectores de cuello blanco trabajan cuatro días y camareros o autónomos acaban por hacerlo de hecho seis a la semana.