Los
cerebros
más
brillantes
no
sólo
puede
destacar
por
sus
grandes
logros,
sino
que
muchas
veces
cometen
errores
catastróficos.
Así,
te
mostramos
que
la
gente
con
alta
capacidades
suelen
tener
este
problemas
sin
saberlo,
y
Steve
Jobs
lo
vivió
en
carne
propia.
La «trampa
de
la
inteligencia»
Según
el
periodista
inglés
David
Robson
especialista
en
neurociencia
y
psicología
la «trampa
de
la
inteligencia»
es
un
patrón
de
comportamiento
y
actitudes
que
llevan
las
personas
con
formación
y
que
son
objetivamente
más
inteligentes
que
la
mayoría,
“a
actuar
de
forma
estúpida
debido
a
su
capacidad
intelectual
y
no
a
pesar
de
ella”,
explicaba
en
su
libro
‘La
trampa
de
la
inteligencia:
por
qué
la
gente
inteligente
hace
tonterías
y
cómo
evitarlo’.
Ser
inteligente
no
siempre
hace
la
vida
más
fácil,
pues
como
explicaban
en
la
BBC,
una
mayor
inteligencia
no
se
equipara
que
una
mayor
capacidad
de
tomar
decisiones
adecuadas,
sino
que
en
algunos
casos
puede
provocar
que
las
decisiones
sean
incluso
peores.
Según
Keith
Stanovich,
esto
se
debe
a
que
la
capacidad
de
tomar
decisiones
de
forma
correcta
no
está
relacionada
con
la
capacidad
intelectual,
y
a
que
la
gente
muy
inteligente
tiene
el
llamado «punto
ciego
de
la
parcialidad»
y
son
incapaces
de
ver
sus
propios
defectos,
por
lo
que
se
guían
mucho
por
sus
instintos
es
allí
donde
entra «la
trampa
de
la
inteligencia».
El
caso
de
Steve
Jobs
Para
entender
un
poco
mejor
de
qué
se
trata
la «trampa
de
la
inteligencia»
de
la
que
hablaba
Robson,
el
ejemplo
de
Steve
Jobs
es
muy
claro,
ya
que
el
5
de
octubre
de
2011
fallece
a
consecuencia
de
un
paro
respiratorio
derivado
de
metástasis
de
cáncer
de
páncreas,
una
muerte
que
se
podría
haber
postergado
considerablemente
si
hubiera
tomado
decisiones
más
adecuadas.
Su
biógrafo
oficial,
Walter
Isaacson,
explicó
a
CBS
News
que
Jobs
retrasó
las
pruebas
diagnósticas
y
después
rechazó
la
cirugía
para
eliminar
el
primer
tumor
por
considerarla
invasiva.
En
lugar
de
seguir
la
opción
más
lógica
tomó
decisiones
a
base
de
los
parámetros
equivocados
y
opto
por
una
dieta
macrobiótica
y
otras
terapias
alternativas
como
la
acupuntura.
Nueve
meses
más
tarde
Jobs
comunicaba
a
sus
empleados
que
tenía
cáncer
y
que
sería
operado,
y
tras
la
cirugía
luchó
con
la
enfermedad
7
años;
pero
el
médico
de
Harvard
Dr.
Ramzi
Amir,
especialista
en
el
tipo
de
cáncer
que
padecía
Jobs
afirmó
que
dadas
las
circunstancias
parece
evidente
que
la
elección
de
la
medicina
alternativa
por
parte
de
Steve
Jobs
le
condujo,
innecesariamente,
a
una
muerte
temprana.

En
definitiva
Steve
Jobs,
una
persona
reconocida
por
su
altas
capacidades
intelectuales,
fue
víctima
de
la «trampa
de
la
inteligencia»,
ya
que
sucumbió
la
enfermedad
más
rápidamente
por
su
negativa
a
usar
la
medicina
convencional
tomando
una
decisión
que
sin
duda
fue
equivocada
y
afectó
negativamente
su
salud.
No
fue
lo
único
sino
que
en
el
libro
de
Robson
aparecen
muchos
más
que
fueron
afectados
por
la
trampa
de
la
inteligencia:
desde
Arthur
Conan
Doyle
hasta
Albert
Einstein.
Robson
hace
una
comparación
en
su
libro
y
asegura
que
el
cerebro
es
un
motor.
Si
el
motor
tiene
más
potencia,
como
lo
sería
un
cerebro
con
altas
capacidades,
te
lleva
más
lejos
pero
necesita
otra
equipación.
“Necesita
frenos,
dirección
y
un
GPS
para
seguir
la
ruta
correcta.
De
lo
contrario,
podría
acabar
en
un
acantilado”.
Así,
el
filósofo
y
pedagogo
José
Antonio
Marina
afirma
en
‘La
inteligencia
fracasada.
Teoría
y
práctica
de
la
estupidez’,
que
“la
inteligencia
humana
necesita
tener
información,
manejarla
bien,
gestionar
las
emociones,
y
ejercitar
las
virtudes
de
la
acción:
la
perseverancia,
la
flexibilidad,
la
resistencia
a
la
frustración,
la
selección
de
metas…
Todo
eso
es
la
inteligencia
y
no
lo
que
miden
los
test”.
Por
eso
quizá,
tener
altas
capacidades
o
un
cociente
intelectual
elevado
no
es
tan
importante
como
lo
es
saber
manejarlo.
En
Vitónica
|
Los
ocho
hábitos
que
suele
tener
la
gente
más
inteligente.
Si
tú
también,
tienes
una
inteligencia
superior
a
la
media
Imagen
|
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de
portada:
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Stanfield
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Commons),
y
foto
1.
Matthew
Yohe
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