[embedded content]
Pasaron más de dos años del cierre del Super Uno y del despido masivo de trabajadores. Todavía no les pagaron las indemnizaciones que les corresponden ni sus últimos meses de trabajo.
Afortunadamente, algunos consiguieron un nuevo trabajo y pudieron rearmar sus vidas. No es el caso de Ángel Pintos (63) y Zulema Suárez (60), una de las familias que aún no logró reacomodar su economía.
Ángel trabajó más de 40 años en el supermercado. Le faltaban cuatro para jubilarse cuando la empresa cerró sus puertas de un día para el otro y sin previo aviso.
Desde entonces el matrimonio se las fue rebuscando para sobrevivir: changas, albañilería, venta de empanadas o locro.
Pero este año la pandemia limitó mucho más las posibilidades de que Ángel consiga un empleo, sumado a su edad.
Las deudas comenzaron a acumularse y la familia hoy se encuentra al borde del desalojo de una casa que alquilan en calle 43 al 1922 de Colonia Caroya.
Es por eso que Ángel y Zulema apelan a la solidaridad de la comunidad ante esta desesperante situación.
Lo que necesitan urgente es una casa desocupada o para cuidar que se les pueda prestar momentáneamente hasta que resuelvan sus problemas, o un galpón cerrado para que puedan guardar sus muebles antes de que los desalojen.
Tienen tiempo hasta enero para abandonar la vivienda. Al no contar con recibo de sueldo, les resulta muy difícil enfrentar un nuevo alquiler.
El contacto de Zulema de Pintos es: 03525 – 15 479 466.