Sí,
hay
tomates
de
invierno
cada
vez
más
ricos,
pero
el
cuerpo
sigue
escuchando
a
la
naturaleza
y
como
que
nos
apetecen
más
los
vegetales
de
esta
época,
en
los
que
las
solanáceas
parecen
intrusas.
Además,
el
combo
de
tomate
y
lechuga
aburre
hasta
a
las
ovejas,
por
eso
estos
días
me
gusta
usar
ingredientes
más
de
esta
época
cuando
hago
ensaladas
para
cenar,
que
suele
ser
a
menudo.
Las
ensaladas
no
son
solo
para
el
verano
y
hacen
muy
buena
pareja
de
menú
invernal
con
cremas
de
verduras,
o
podemos
tomarla
sola
de
plato
único
si
queremos
cenar
más
ligero.
La
ensalada
de
apio
y
perejil
con
frutos
secos
es
sencillísima,
rápida,
saludable
y
te
deja
más
que
satisfecho
si
te
sirves
una
buena
ración.
Y
además
sienta
muy
bien
también
por
la
noche.
El
apio
y
el
perejil
son
los
ingredientes
principales,
relegados
a
menudo
a
complementos
o
meras
comparsas
secundarias
de
muchas
recetas.
Si
te
preocupa
el
peso,
ya
sabrás
que
tienen
muy
pocas
calorías
-el
perejil
prácticamente
nada-,
son
riquísimos
en
vitaminas
y
además
aportan
fibra
y
agua.
Lo
genial
del
apio
crudo
es
que
tiene
un
sabor
suave
y
es
muy
crujiente
y
refrescante,
y
gana
mucho
cuando
se
combina
con
un
aliño
cítrico,
como
en
este
caso.
La
receta
se
completa
con
una
base
de
escarola,
la
gran
hoja
invernal,
mucho
mejor
que
la
lechuga
iceberg,
que
podríamos
sustituir
por
rúcula,
canónigos
o
brotes
de
espinaca,
aunque
la
escarola
es
más
crujiente
y
combina
muy
bien
con
el
apio.
Los
frutos
secos,
que
se
pueden
añadir
al
gusto,
completan
la
ensalada
aportando
minerales,
proteínas
vegetales
y
grasas
de
calidad.
Si
le
añades
un
huevo
cocido
o
escalfado,
restos
de
pollo
asado,
dados
de
tofu
o
unos
garbanzos
crujientes
tendrás
un
plato
aún
más
nutritivo
con
más
proteínas.
En
DAP
|
Este
es
el
consejo
de
Karlos
Arguiñano
para
guardar
endibias
y
escarolas