El espíritu navideño existe y esta historia es un ejemplo de ello. Emrie tiene siete años y vive en Kansas, Estados Unidos. Nació con una rara anomalía genética que le impide ver, aunque sabe leer braille desde los cuatro años. Le encantan los libros, incluso los que están recomendados para edades superiores, así que lee todos los días ella sola o con ayuda de su padre.
Cuando él le leyó ‘Harry Potter y el cáliz de fuego’, se convirtió en una fan del mago adolescente creado por J. K. Rowling, y decidió que quería seguir leyendo toda la saga por su cuenta. Así que como no existen ediciones en braille y cada uno de esos ejemplares valía unos 240 dólares (200 euros), su tía se puso en marcha para cumplir el deseo de su sobrina y pidió a través de una página de Crowdfunding que, aquellos que lo deseasen, pudieran colaborar para afrontar los gastos de todos los libros.
La emotiva reacción de la niña invidente al recibir los libros de Harry Potter en braille, recompensó con creces la solidaridad de las personas que quisieron ayudarla.
Un ejemplo de solidaridad
La iniciativa de Katelyn, la tía de Emrie, llegó al corazón de la gente porque enseguida se hizo viral. En un solo día la familia obtuvo unos 3.440 euros, superando de lejos la cantidad que solicitaban. Así que tomaron una decisión que ha sido muy aplaudida por Mission, Kansas, la ciudad estadounidense donde residen: con el dinero sobrante, decidieron comprar cinco sagas más de Harry Potter para donarlas a bibliotecas y escuelas.
Así agradecían el cariño de la gente en la página de crowdfunding:
«Me quedo sin palabras ante la amabilidad que hemos recibido en las últimas 24 horas y no puedo dar las gracias lo suficiente a todos y cada uno de vosotros por contribuir».
Pero lo que realmente nos ha emocionado es la reacción de Emrie cuando abrió la caja y descubrió lo que había dentro: risas, movimiento nervioso de manos y unas sinceras gracias repetidas, entre otras muestras de alegría.
Mañana llegan los Reyes Magos y de verdad deseo que otros niños puedan disfrutar de una alegría similar a la de esta pequeña. Todos se lo merecen tras un año tan duro para ellos marcado por la pandemia del coronavirus. Y, si además es para disfrutar de una lectura deseada, aún mejor. Porque el amor por la lectura, como la Emrie, no tiene precio.
Foto | Captura de pantalla de @katescookieskc
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