La “EFO”, el semillero de las industrias

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La IPET °50 es uno de los establecimientos educativos más importantes de la ciudad de San Francisco y la región. Su enseñanza, le brindó herramientas a los jóvenes para que puedan tener un futuro e insertarse más rápido al ámbito laboral.

En la actualidad, la “EFO” cuenta con más de 900 alumnos y tiene la capacidad de albergar a más de 130 alumnos en el internado, lugar donde viven estudiantes de la región.

En este contexto, la secundaria “Emilio F. Olmos” cumple 86° años de edad y dialogamos con el director de la institución, Jorge Tomé, para que nos cuente sus sensaciones de trabajar en la conocida Escuela del Trabajo.

Con respecto a la vuelta a las clases, Tomé destacó que ha sido “muy lindo” y remarcó que se tenía mucho “anhelo” de volver a ver las caras de sus alumnos. “Vamos despacio, de forma gradual, hay que felicitar a todo el personal por todo el trabajo que están realizando”, añadió.

“Estamos inmersos en enormes cambios, tanto en lo horario como en lo pedagógico, debimos extremar los cuidados para evitar todo tipo de contagio, tenemos el internado también que es un lugar muy especial, aulas y talleres, en este marco cada lugar tiene sus particularidades”, destacó el docente.

Por otra parte, la Escuela bajo considerablemente su carga horario, de jornada completa pasó a tener solo 4 horas.

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Los cambios de nombre de la institución 

Ipet 50 Emilio Olmos EFO

Las escuelas suelen cambiar de denominación en su acontecer histórico, de acuerdo a circunstancias políticas, nuevas reglamentaciones, cambios de planes de estudios, por la renovación de su mandato fundacional, y es también un común denominador que a esas instituciones se las siga conociendo con el nombre anterior, que es el que permaneció en el imaginario colectivo de la generación que convivió con el mismo, generación que poseedora de la memoria la trasmitió a las venideras.

Tal es el caso del IPET N° 50, que está transitando por su aniversario número 86.

Personas memoriosas dan cuenta del nombre “Arteoficio” o “Artes y Oficios” con el que se la conoció durante mucho tiempo, apelativo que quedó en el imaginario popular, y es por ello que suele creerse que la escuela se llamó de ese modo. En realidad en los papeles nunca se denominó de tal forma: Artes y Oficios. Así lo testimonia la variada documentación que llegó hasta nuestras manos: el primer libro de actas que da apertura a la escuela y que reza en el acta N° 1: “En la ciudad de San Francisco del departamento San Justo pcia. de Córdoba a quince días del mes de marzo del año mil novecientos treinta y cinco da por abierta la Nueva Escuela del Trabajo Ingeniero Emilio F. Olmos con el siguiente personal administrativo y docente quienes firman la misma… ”

También el decreto de designación del primer director, N° 32985 del 4 de julio de 1934, el decreto por el cual se nombró a los primeros maestros de los talleres, N° 32903 del 6 de marzo de 1935, y artículos del diario local, dan cuenta del nombre.

El 22 de julio de 1933, La Voz de San Justo, comunica a la ciudad la iniciativa del senador Ezio Bellone para la creación de una escuela de artes y oficios, proyecto que mereció el beneplácito de la ciudadanía. Es decir que, en el ánimo de su impulsor y de la comunidad sanfrancisqueña se gestó el deseo de creación de una institución de ese tipo, que eran las existentes en ese momento. Estas escuelas, las de Artes y Oficios, se crearon en 1909 a lo largo y a lo ancho del país, se podía asistir habiendo aprobado sólo cuatro grados de educación primaria y eran terminales. Tenían tres años de aprendizaje práctico, con gran parte del tiempo dedicado al taller, y estaban dirigidas a la formación para el trabajo industrial.

La imposición de Ing. Emilio F. Olmos a la Escuela del Trabajo, fue el homenaje que se rindió al gobernador de la provincia de Córdoba fallecido en 1932. Entre los años 1925 y 1929, este político cordobés había sido intendente de la ciudad capital

Las coyunturas políticas también dejaron su impronta. Y en este caso la Escuela del Trabajo mudó su nombre de Ing. Emilio F. Olmos al de Pte.Gral. Juan Domingo Perón y el 3 de junio de 1953, cuando se inauguró el nuevo edificio (el actual), el legislador Raúl Piacenza dio a conocer la nueva denominación. La Ley N°4374 del 29 de mayo de 1953, en su Art. 1° estableció: “Denomínese Escuela del Trabajo Presidente General Juan Domingo Perón a la actual Escuela del Trabajo Emilio F. Olmos de la ciudad de San Francisco, Dto. San Justo”.

En septiembre de 1955, coincidente con la caída del gobierno del Presidente Perón, nuevamente cambia su nombre para volver al primigenio: Emilio F. Olmos.

En el año 1969, las Escuelas del Trabajo de la provincia de Córdoba pasaron a llamarse IPET (Instituto Provincial de Educación Técnica), en este caso que nos ocupa, IPET N° 3, por ser la tercera que vio la luz en la pcia. De Córdoba, luego del IPET N° 1 Presidente Roca de ciudad capital e IPET N° 2 Domingo F. Sarmiento de Villa Maria.

Pero un nuevo cambio se vivirá en su modo de llamarla: en el año 1997, a partir de la Reforma Educativa y de la Transformación Cualitativa del Sistema, el gobernador de la pcia., por decreto N° 933 de fecha 1° de julio, modificó las denominaciones de todos los establecimientos educativos de Nivel Medio… por la de Instituto Provincial de Educación Media (IPEM), y de esa manera la escuela pasó a denominarse IPEM N°50.

Y las modificaciones continuaron. En el marco de la Ley de Educación Técnico Profesional, sancionada en septiembre del año 2005, en Córdoba, y que trajo profundas innovaciones, las escuelas técnicas, desde el 2009 recuperaron los siete años de cursado. Esta reformulacion del plan de estudios se proyectó con una nueva mudanza de su denominación: IPET… Por Decreto N° 1322, del 17 de agosto de 2011, se modificó la denominación de los IPEM, y en la actualidad se llama IPET N°50.

A pesar del tiempo transcurrido, de los cambios y reformas, la escuela que fue semillero de las industrias de San Francisco y de la zona, sigue anclada al nombre con el que nació, y hoy se la sigue conociendo como la Escuela del Trabajo o la EFO, conservando de ese modo su sello de origen.