La economía española será una de las más castigadas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) por la crisis de la Covid-19. ¿Una vez más somos pesimistas o realistas? La realidad nos dice que España es un país de turismo y sectores relacionados con él. Si no hay turistas, España no puede mejorar su economía.
Con una caída del PIB del 11,1% este año, que aumentaría en caso de que hubiera una segunda ola de la enfermedad, nuestro país protagonizaría la peor caída de todos los países miembros en ese escenario. No estamos solos en esta situación: El sector turístico, que acumula casi tres meses de parálisis total, tiene un peso elevado tanto en España, como en Italia y Francia.
La recuperación tendrá que llegar por la vía del consumo y de la inversión que habían quedado aplazados, pero sobre eso planea una gran incertidumbre y las pobres perspectivas del turismo.
Si hubiera un rebrote, los efectos negativos serían más severos y persistentes por un alto número de quiebras y periodos de desempleo más largos. En el terreno del empleo, las políticas activas del mercado de trabajo, en particular de formación, habrán de sustituir gradualmente los ERTE para redirigir la mano de obra desde sectores que vayan a tener poca oferta de forma prolongada.
No se trata de pasar de la Fase 2 a la 3 para que se produzca la magia. La prudencia, junto a unos ingresos más bajos, poco o nada favorecerán el consumo. Pero, no podemos instalarnos en el pesimismo y sí adaptar a esta llamada ‘nueva normalidad’ los negocios. Una vez más, pymes y autónomos, han de realizar un esfuerzo.
La clave de la recuperación de pymes y comercios también está en la exploración de nuevos mercados. Unos, mirando hacia el exterior; otros, explorando las inmensas posibilidades que ofrece internet.
No sólo necesitan una inyección económica, sino un nuevo modelo de gestión. Lo cual no es fácil porque estos empresarios se enfrentan a demasiados cambios en poco tiempo.
Anticiparnos a las pérdidas antes de que lleguen para poder financiarlas, es la cuestión principal, y sobre todo, confiar en la Administración y su apoyo en momentos de incertidumbre, para al menos, contar psicológicamente con un apoyo extra para seguir adelante, paso a paso a medida que cambiamos de escenario.