EL PUEBLO UN DÍA SE DARÁ CUENTA DE QUE ESTAMOS HACIENDO UN PAÍS DECADENTE POR HABERNOS ALEJADO DE LOS VALORES DE LA LIBERTAD
Desde 1983, los argentinos seguimos esperando, seguimos soñando con vivir en plena Democracia, en Plena República, donde tendríamos como valor principal, el respeto a nuestra Constitución Nacional, es decir, contábamos con tener Justicia, libertad, igualdad de trato ante la ley, y una clase política que con sus matices pariera variedad de ideas, una mejor que otra para dar un renacer a los defectos producidos y soportados por la ciudadanía, que diera ejemplo de civismo y trabajo para hacer un país, alejado de golpes de Estado, un país estable, previsible, sin sobresaltos, un país asociado con los mejores de nuestro continente, de Europa y otras latitudes, para lograr lo del tiempo perdido, para salir como el ave fénix de las cenizas de tanto atropello, de tanto maltrato de tanto desprecio por la vida, de tanta corrupción, de tanta decadencia.
Pero, casi nada de eso ha acontecido, porque cuando el país quiso tomar alguna forma de organización sobre todo económica, se lo comenzó a bastardear desde dentro mismo del poder, se hizo un golpe de estado, y se llegó a cometer atrocidades como fue el robo y confiscación más grande de la historia, donde los problemas que existían como existen en todas partes del mundo, no solo no se los trató de salvar por la clase política entera, sino que se la comenzó a degradar, a destruir de manera casi continua y permanente hasta nuestros días.
La Argentina conoció dos etapas con libertad económica, y la primera si bien favorecida por el contexto internacional reinante en esa época, se supo aprovechar, contrariamente a lo que ha sucedido estos últimos años con precios altos en productos exportables por nosotros, y en cambio a ese sector productor de divisas se lo ha atacado para destruirlo solo por razones ideológicas. Me refiero al sector agrícola. No solo hay que ser muy torpe en despreciar al sector que produce el 70% de las divisas del país, sino, que se necesita ser muy mal nacido tratar de destruir cualquier parte del quehacer productivo del país.
Quiero mencionar que cuando hablé de un gran gobierno, me refierí entre los años 1922 a 1928; es decir, el gobierno del Radical Marcelo T. de Alvear, que dio tan gran empuje al sector productivo, con altas tasas de crecimiento económico, por mejoramiento del campo y de la industria y mejorando todos los demás sectores como la salud, la inclusión social. En esa época en general, la clase dirigente compartieron ideas para el desarrollo y la inserción de Argentina en el orbe internacional, ocupando los primeros lugares en el mundo teniendo en cuenta el PBI per cápita a nivel mundial.
Luego de esta floreciente etapa comienza otra que diría es el comienzo de la decadencia argentina que va desde el 1928 en adelante con Hipólito Yrigoyen, donde comienzan a existir relaciones de intereses personales entre empresarios prebendarios y el poder político, y como consecuencia de la crisis del 30, se impone como en otros países la “Sustitución de Importaciones”, lo que nos saca de la competencia internacional, para comenzar con los “arreglos” y el consecuente efecto de comenzar a cazar en el zoológico y perder la competitividad y por lo tanto la necesidad de producir para obtener divisas. Mientras los demás países afectados por la guerra volvieron abrir sus economías transcurrido un año o dos, aquí quedó para siempre, con la excepción del último período de libertad económica durante el período Menem-Cavallo, y hasta fines de 2001, llegando a contar con una de las monedas más fuertes del mundo que era aceptada para el cambio con las demás monedas del orbe.
De no tener energía eléctrica, ni combustibles, pasamos a producir tanto más que llegamos a exportar lubricantes y combustibles a otros países. Se tecnificó el campo, aunque la época debe haber sido de los más bajos precios que pudieron existir, se quitaron las retenciones total o parcialmente a distintos productos agropecuarios, y el nivel de comercio internacional fue en aumento. Por ej, entre 1990 y 1998, el PBI nacional, creció el 43,7% acumulado. La reforma monetaria producida por la ley de Convertibilidad, llevó a la apreciación de la moneda local, favoreció la apertura del comercio exterior y operó una gran reforma en el sector público. No se daba vueltas a la maquinita, excepto solo contra respaldo de divisas. Incluso en los dos últimos años antes que la ley de Convertibilidad, con toda maldad, se derogara hubo en el país lo contrario a la Inflación. Hubo deflación. Pero, la ley debía desaparecer para volver a tener un país desorganizado monetariamente, porque a río revuelto, ganancia de pescadores, y así los poderosos compraron bienes y se endeudaron en dólares, pero querían pagar en pesos.
Lograron así hacer derogar la ley de Convertibilidad, y licuaron todos sus pasivos y bajaron de esta forma el salario real de los trabajadores!
Llegamos al presente que con este último gobierno de Fernández-Fernández, que es contrario a los otros dos períodos, existiendo en este gobierno el cierre de 12.000 empresas, pequeñas y medianas, según datos de la AFIP; es decir, a razón de 80 empresas por semana.
Ya desde comienzos de 2002; es decir, durante el Gobierno de Duhalde, se comenzó a consumir todo lo que se había podido ahorrar durante una década y se continuó así durante estos últimos 21 años. Solo hay que rezar para para que podamos comenzar a recorrer un camino diferente como sería crear un mercado libre de cambio, hasta llegar a la unificación cambiaria con alguna sola excepción; pero de ninguna manera producir una devaluación grande que sería la gran explosión de la bomba que está colocada lista para explotar en cualquier momento, lo que nos llevaría a un desastre total. Si alguien piensa en este gobierno que se puede solucionar el problema con una gran devaluación, es porque nunca leyó ni un manual de Economía Política ni de Historia Económica del país, ya que hemos tenida tantas devaluaciones grandes tantas veces, que el problema ya estaría resuelto. Y si no, veamos que pasó con la innecesaria y gran devaluación que produjeron el binomio Duhalde- Remes Lenicov? Se salvó el país de allí en más, se logró estabilidad en los precios y se terminó con la inflación?
“NO SE PUEDE HACE NADA PARA CAMBIAR LO QUE YA PASÓ. PERO, SÍ SE PUEDE HACER MUCHO PARA CAMBIAR LO QUE VIENE.
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