“La chicharrita llegó para quedarse. En el 2004 lo dijimos”

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Cañada
de
Luque.

La
Ing.
Agr.
María
de
la
Paz
Giménez
(INTA
CIAP)
estuvo
a
cargo
de
un
taller
organizado
por
el
INTA
Jesús
María
y
la
Cooperativa
Agropecuaria
de
Máximo
Paz,
donde
técnicos,
productores
y
representantes
de
semilleros
pudieron
interactuar
sobre
el
spiroplasma
y
su
vector.

Entrevistada
por
el
periodista
Julio
Kloppenburg
recordó
que,
“en
una
charla
del
INTA
Jesús
María,
dijimos
que
el
achaparramiento
del
maíz,
que
es
la
enfermedad
que
transmite
la
chicharrita
con
sus
cuatro
patógenos,
llegó
para
quedarse.
Desde
el
2004
está
por
acá.
Ahora
nos
sorprende”.


¿Qué
pasó?

María
de
la
Paz
Giménez
explicó
que
la
disminución
del
número
de
heladas
a
lo
largo
y
ancho
del
país
empezó
en
2019
y
cada
vez
hay
menos.
Esto
permite
la
supervivencia
de
las
hembras.
De
hecho,
se
ha
visto
que
el
número
de
vectores
fue
en
aumento
al
inicio
de
la
campaña,
en
todos
los
últimos
años. 

Donde
hay
maíz,
hay
chicharrita.
Si
se
sembró
temprano,
hubo
sequía
y
se
resembró,
y
así
sucesivamente,
se
le
dio
al
vector
la
alimentación
justa
para
que
creciera
la
población
en
cada
nueva
siembra. 

Si
hay
heladas,
la
chicharrita
migrará
a
otro
lugar
con
menos
heladas
o
se
adaptará
a
un
ambiente
donde
pueda
pasar
el
invierno,
por
ejemplo,
donde
la
última
cosecha
casi
se
superponga
con
la
primera
siembra
y
haya
agua. 

Como
sólo
vive
en
maíz
y
a
los
otros
cultivos
los
usa
para
refugiarse
de
la
helada,
si
en
el
campo
quedaron
maíces
guachos
se
reproducirá
sobre
ellos.
Con
esto
habrá
que
tener
especial
cuidado
en
esta
campaña
porque
habrá
muchas
plantas
caídas
y
muchos
lotes
que
no
se
levantarán.

En
este
escenario,
el
maíz
de
primera
zafa,
pero
el
de
segunda
tendrá
una
altísima
población
porque
la
chicharrita
se
crio
en
el
de
primera. 

“Revertir
el
problema
de
la
chicharrita
no
se
puede,
sólo
nos
queda
convivir
con
ella”,
sentenció
la
especialista.


¿Hay
una
luz
al
final
del
túnel? 

En
cuanto
a
cómo
enfrentar
el
problema
a
futuro,
la
investigadora
del
INTA
dijo
que
los
semilleros
tendrán
que
buscar
una
solución:
“Maíz
que
sale,
ya
no
sólo
para
la
zona
tropical,
sino
también
para
la
zona
templada,
se
tendrá
que
testear
para
esta
chicharrita
rubia
en
zonas
donde
sabemos
que
hay
mayor
presión
de
inóculo,
que
es
en
el
Norte”.

“Esperemos
unos
cuatro
o
cinco
años,
que
los
semilleros
nos
entreguen
genética”,
añadió.

Mientras
tanto,
consideró
que
los
resultados
dependerán
de
la
estrategia
y
el
manejo.

También
habló
de
nuevos
productos
que
hay
para
combatir
al
vector:
“Brasil
ha
desarrollado
muchos
productos
biológicos
para
la
chicharrita.
Tanto
los
que
son
en
base
a
hongos
como
los
que
son
en
base
a
bacterias,
en
general,
necesitan
más
de
una
aplicación
y
humedad
para
que
germinen
esas
poblaciones
de
esporas
o
se
multipliquen
esas
bacterias
que
estamos
tirando
para
control
biológico;
lo
ideal
sería
que
desarrolláramos
nosotros
nuestro
propios
productos
biológicos
de
hongos
y
de
bacterias
que
están
ahora:
no
da
la
misma
tranquilidad
traer
un
producto
con
un
hongo
o
una
bacteria
de
otro
lugar
del
mundo
que
desarrollar
uno
con
lo
que
nosotros
tenemos
aquí”.

Además,
se
preguntó
su
en
una
zona
semiárido
como
nuestra
región
habrá
la
humedad
suficiente
para
que
estos
productos
funcionen. 


Fuente:
Mundo
Agro


18-04-2024