En comparación con autovías y carreteras convencionales, las autopistas de peaje son las vías interurbanas con menos radares. La gran mayoría o no tiene o tiene muy pocos, aunque no es el caso de la AP-9 que recorre Galicia de norte a sur: si con su elevado número radares fijos ya presumía de ser la autopista de concesión estatal donde más se vigila la velocidad, ahora lo es más con el recién estrenado radar tramo en los túneles de Candeán y A Madroa.
La AP-9, más conocida como Autopista del Atlántico, tiene activo desde el pasado 20 de octubre un nuevo radar de tramo, que controla la velocidad de punto a punto en los túneles Candeán y A Madroa de acceso a Vigo. No es el primero: esta carretera de pago ya contaba con un dispositivo de este tipo en el acceso a Ferrol (A Coruña). A estos dos radares de tramo se suman media docena de cinemómetros fijos dispuestos a lo largo de su recorrido.
Se puede tender a pensar que en las autopistas, al ser de pago, hay más manga ancha en eso de controlar la velocidad. A fin de cuentas, la gran parte de las estatales, o bien carece de radares fijos o bien tiene muy pocos. Pero desde luego no es así si hablamos de la AP-9. A ello se suma que las tarifas de esta autopista subían también a finales del pasado mes de octubre.
¿Dónde está el nuevo radar de tramo de la AP-9?
En concreto, el nuevo radar de tramo, que aunque no necesita presentación se distingue de los dispositivos fijos y móviles en que mide la velocidad de un punto a otro haciendo una estimación media en el recorrido controlado, se ubica en la AP-9, en su llegada a Vigo y en sentido decreciente, entre los puntos kilométricos 155 y 149.480, que discurren por los mencionados túneles.
El tramo controlado, por tanto se extiende más de seis kilómetros, aunque la DGT asegura que también controla a aquellos vehículos que se desvían hacia Vigo. En cuanto al límite de velocidad, éste se ha fijado ahora en 100 km/h a lo largo de todo el recorrido: ha habido que unificar para facilitar la tarea al radar.
De igual manera, como ocurre en otros puntos donde se vigila la velocidad por tramo, está identificado con señales verticales y Tráfico se ha servido de los paneles variables para informar de la activación de este nuevo dispositivo.
La autopista con más radares
Si comparamos la AP-9 con otras autopistas de pago y concesión estatal, ocupa el primer puesto del podio si de lo que hablamos es de radares fijos. De hecho, sólo tres se acercan a sus números. Actualmente, esta autopista cuenta con seis cinemómetros fijos, más los dos dispositivos de tramo que hemos mencionado.
La AP-6 sería la segunda en discordia, que circula desde Villalba (Madrid) hasta Adanero (Ávila). Esta carretera está controlada por cinco radares, al que se añade el radar de tramo en el túnel de Guadarrama, el cual, por cierto tiene exactamente el mismo límite que el estrenado en Vigo: 100 km/h. Asimismo, encontramos otras dos autopistas con cinco radares fijos, la vasco-aragonesa AP-68 y la AP-7 o Autopista del Mediterráneo.
Es cierto que si se compara con las autovías, el número de radares es muy reducido en las autopistas. Por ejemplo en la A-7 encontramos 22 cinemómetros, mientras que en la A-6 hay 19. No obstante, en su afán por seguir llenado de radares nuestras carreteras y con la vigilancia como única medicina para reducir accidentes, la DGT está ubicando radares también en la autopistas. A día se siguen salvando la AP-2, la AP-1, la AP-53, la AP-51, la AP-41, la AP-71 la AP-4, la AP-46 y la AP-36.
Como era de esperar, Tráfico defiende que la siniestralidad es la razón que les ha llevado a implantar un radar de tramo en el acceso a la capital viguesa, pues, según publica El Faro de Vigo, es el punto negro con mayor índice de accidentes de la red de carreteras estatales. De hecho, como bien refleja este informe del RACE, Galicia es la comunidad española con mayor número de puntos negros, con un total de 20, aunque entran en juego muchas carreteras convencionales. Arreglar las carreteras, mejorar la señalización, ni un guadarraíl sin doble bionda, más educación… se nos ocurren muchas opciones para reducir las muertes al volante, pero…