Perder
grasa
caminando
es
posible,
pero
requiere
más
tiempo
del
que
solemos
imaginar.
El
entrenador
Juan
Antonio
Martín
ha
explicado
por
qué
no
basta
con
andar
“un
poquito”
al
día
si
nuestro
objetivo
es
eliminar
barriga
y
perder
grasa
corporal.
INTERMITENTE
Caminar
está
de
moda.
Y
no
es
para
menos
Caminar
es
gratis,
accesible
a
todas
las
edades
y
tiene
múltiples
beneficios
para
la
salud.
Pero
cuando
el
objetivo
es
perder
peso,
especialmente
esa
grasa
que
se
acumula
en
el
abdomen,
surgen
muchas
dudas
sobre
su
eficacia.
El
entrenador
Juan
Antonio
Martín,
experto
en
salud
y
divulgador
en
redes
sociales,
ha
puesto
cifras
sobre
la
mesa
para
explicar
qué
papel
real
juega
caminar
en
la
pérdida
de
grasa
corporal.
Una
de
sus
afirmaciones
más
directas
en
su
entrevista
para
la
revista «Clara»
es
que
“para
perder
un
kilo
de
grasa
caminando,
necesitaríamos
andar
durante
unas
25-28
horas”.
Esta
estimación
se
basa
en
que
un
kilo
de
grasa
equivale
a
unas
7.000
calorías,
y
que
una
persona
promedio
quema
entre
250
y
300
calorías
por
hora
caminando
a
buen
ritmo.
Las
cuentas
no
engañan:
solo
con
pasos,
el
proceso
es
lento.
Esto
no
significa
que
caminar
no
sirva
para
adelgazar,
sino
que
debemos
tener
expectativas
realistas.
Como
señala
el
entrenador,
“caminar
ayuda
a
generar
un
pequeño
déficit
calórico
diario”,
lo
cual
es
útil
a
largo
plazo.
Pero
si
lo
que
buscamos
es
una
pérdida
significativa
de
peso,
necesitaremos
complementar
ese
hábito
con
ajustes
en
la
alimentación
y
posiblemente
con
entrenamientos
más
intensos.
En
este
sentido,
Juan
Antonio
Martín
insiste
en
que
la
clave
no
es
solo
moverse
más,
sino
también
revisar
qué
y
cuánto
comemos.
“Puedes
caminar
una
hora,
pero
si
luego
te
comes
una
napolitana,
ya
has
anulado
ese
esfuerzo”,
advierte.
Es
decir,
no
todo
se
soluciona
con
más
pasos:
también
hay
que
mirar
el
plato.
El
entrenador
también
desmitifica
el
concepto
de
“andar
para
quemar
lo
que
acabo
de
comer”.
Esta
mentalidad,
según
él,
puede
llevar
a
una
relación
poco
saludable
con
el
ejercicio.
En
su
lugar,
propone
ver
la
caminata
como
una
herramienta
más
para
mantenernos
activos,
reducir
el
sedentarismo
y
mejorar
nuestra
salud
metabólica.
Martín
defiende
que
caminar
tiene
efectos
positivos
más
allá
del
gasto
calórico.
Mejora
la
sensibilidad
a
la
insulina,
regula
la
glucosa,
activa
el
sistema
cardiovascular
y,
sobre
todo,
ayuda
a
mantenerse
constante.
“Mucho
mejor
caminar
todos
los
días
45
minutos
que
hacer
ejercicio
intenso
dos
veces
a
la
semana
y
abandonarlo”,
afirma.
Además,
caminar
puede
actuar
como
“puerta
de
entrada”
para
otras
formas
de
actividad
física.
Una
vez
que
una
persona
gana
resistencia
y
hábito,
es
más
fácil
que
se
anime
a
incorporar
entrenamientos
de
fuerza
o
de
alta
intensidad,
que
sí
generan
un
mayor
impacto
en
la
quema
de
grasa.
En
sus
redes
sociales,
Juan
Antonio
Martín
suele
recordar
que
perder
peso
es
un
proceso
multifactorial,
donde
el
déficit
calórico
es
la
base,
pero
hay
que
tener
en
cuenta
también
el
descanso,
el
estrés
y
la
constancia.
Por
eso,
no
basta
con
acumular
pasos
si
el
resto
de
factores
no
acompañan.
También
invita
a
no
obsesionarse
con
la
báscula,
ya
que
caminar
y
entrenar
pueden
no
reflejarse
de
inmediato
en
el
peso,
pero
sí
en
la
composición
corporal:
más
masa
muscular,
menos
grasa
visceral,
mejor
salud
metabólica.
Por
último,
lanza
un
mensaje
de
ánimo
a
quienes
empiezan:
“No
infravalores
lo
que
puede
hacer
por
ti
salir
a
caminar
cada
día.
Si
lo
conviertes
en
hábito,
tu
cuerpo
lo
va
a
notar,
aunque
no
lo
veas
en
la
báscula
al
principio”.
Y
ahí
está
la
clave:
hacerlo
por
salud,
no
solo
por
estética.
Caminar
no
es
la
vía
más
rápida
para
perder
grasa,
pero
sí
una
de
las
más
sostenibles.
Puede
que
no
queme
miles
de
calorías
en
poco
tiempo,
pero
su
efecto
acumulado,
sumado
a
una
buena
alimentación
y
hábitos
saludables,
tiene
un
gran
valor
a
largo
plazo.
En
Vitónica
|
Adiós
a
las
caminatas
aburridas:
utiliza
estos
tres
entrenamientos
que
le
darán
variabilidad
y
diversión
Imágenes
|
Juan
Antonio
Martín
(Instagram),
Lookstudio
(Freepik)
