Israel presentaría este miércoles el plan para anexar parte de Cisjordania

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El flamante gobierno de Israel podría presentar mañana, según el pacto hecho por la coalición oficialista, su plan de anexión de partes del territorio palestino ocupado de Cisjordania, aunque el primer ministro Benjamín Netanyahu y su socio, Beny Gantz, siguen divididos sobre cómo y cuándo poner en marcha el proceso, y continúan discutiéndolo con su aliado Estados Unidos.

«Hablamos sobre la cuestión de la soberanía en la que estamos trabajando estos días y seguiremos trabajando los siguientes días», dijo hoy Netanyahu, tras el encuentro con el embajador estadounidense en Israel, David Friedman, y el enviado especial de la Casa Blanca para Medio Oriente, Avi Berkowitz.

La declaración de Netanyahu parece dar un indicio de que quizá mañana no será el día clave para comenzar la anexión, rechazada por la dirigencia palestina y por la mayoría de la comunidad internacional, con la importante excepción de Estados Unidos.

Pero como la anexión de partes de Cisjordania fue una de sus promesas de campaña, el primer ministro israelí podría al menos hacer un anuncio simbólico sin implicaciones prácticas ni efectos inmediatos.

Israel capturó Cisjordania -junto con Jerusalén este y la Franja de Gaza- de Jordania en la llamada Guerra de los Seis Días de 1967 y desde entonces mantiene una ocupación militar y fomenta y habilita la construcción y expansión de colonias, consideradas ilegales por la mayoría de la comunidad internacional y donde hoy viven un poco menos de medio millón de israelíes judíos.

El plan de anexión fue incluido por primera vez en un «plan de paz» presentado por Estados Unidos y, de inmediato, fue rechazado no solo por los palestinos, que buscan toda Cisjordania como parte de un futuro Estado, sino por gran parte de la comunidad internacional.

El plan que se cree que el gobierno de Israel podría presentar mañana ante el parlamento está basado en el llamado acuerdo de paz propuesto por el presidente Donald Trump y presentado en enero pasado.

Este «plan de paz» da vía libre a la anexión del Valle del Jordán y las principales colonias de Cisjordania. Concede alrededor del 30% del territorio bajo control israelí permanente, mientras otorga una soberanía limitada y sin contigüidad territorial a los palestinos en las tierras restantes.

Pero el plan para volver a dibujar el mapa de esta región de Medio Oriente ha sido objeto de fuertes críticas internacionales.

La ONU, la Unión Europea y los países árabes de la región advirtieron que la anexión violaría el derecho internacional y socavaría el objetivo de establecer un Estado palestino independiente viable junto a Israel.

La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, manifestó ayer que este proceso «es ilegal», una declaración que hoy fue condenada por Israel.

«Insto a Israel a que escuche a sus exdirigentes y generales, así como a las múltiples voces en todo el mundo que le advierten de no proseguir por este peligroso camino», pidió Bachelet.

La Cancillería hoy le respondió de manera tajante: «Esta no es la primera vez que toma una posición contra Israel, de manera unilateral».

«Israel ha perdido la fe en la capacidad del Alto Comisionado para promover los derechos humanos», sostuvo el vocero del ministerio en un comunicado, citado por la agencia de noticias EFE.

Además de la oposición internacional, Netanyahu y su principal socio de gobierno y ministro de Defensa, Gantz, siguen divididos sobre cómo y cuándo poner en marcha el plan a 24 horas del día previsto para iniciar el proceso.

El desacuerdo ilustra la aparente fragilidad del flamante gobierno de coalición que asumió en mayo, tras meses de tensas negociaciones entre dos dirigentes que hasta hace poco eran rivales políticos.

El acuerdo con el que se formó la coalición de gobierno le otorga a Netanyahu la autoridad para presentar una propuesta de anexión ante el parlamento a partir del día de mañana.

Gantz, quien también tiene el título de primer ministro suplente, dijo ayer que la fecha objetivo del 1 de julio no era «sagrada» y sostuvo que, para él, la prioridad del país debe ser la crisis económica y de salud causada por la pandemia del coronavirus, que ya provocó 320 muertes y más de 24.700 contagios.

«Lidiar con el coronavirus y sus consecuencias sanitarias y socioeconómicas es el asunto más urgente a tratar ahora mismo», dijo Gantz, citado por el Times of Israel.

Sin embargo, según el pacto de coalición, Gantz no tiene capacidad de veto sobre la presentación del plan, y Netanyahu lo puede impulsar sin su aprobación. Eso sí, el premier necesita del apoyo de su socio en el parlamento para alcanzar la mayoría absoluta de los votos.

El otro tema que divide al oficialismo y que se sigue discutiendo con Estados Unidos es qué parte de Cisjordania anexar.

Si el mapa inicial presentado por Estados Unidos planteó una anexión de gran parte de colonias y del Valle del Jordán, Netanyahu podría adoptar una estrategia más prudente para aplacar presiones internas y minimizar el impacto sobre la estabilidad de la región.

Según medios locales, las opciones son varias. Una de ellas, por ejemplo, podría ser un proceso por fases, con una anexión inicial de los bloques de asentamientos más cercanos a Jerusalén, que además son los más grandes.

En este contexto, mañana hay convocadas protestas en Cisjordania, donde está la sede de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), el Gobierno palestino que amenazó con retirarse de los Acuerdos de Oslo si se concreta la anexión, lo que significa su propia disolución.

También hay planeadas movilizaciones en la Franja de Gaza, controlada de hecho hace años por el movimiento islamista Hamas, quien calificó la anexión como «una declaración de guerra» a la que podría responder con nuevos ataques.

Así como hasta ahora no está claro que mañana Israel anuncie el plan de anexión de parte de Cisjordania, también es incierta la reacción que habrá entre la población palestina de ese territorio, marcada por la pandemia de coronavirus y la larga frustración de no vislumbrar un cambio real tras 53 años bajo ocupación.