Inspeccionar a una pyme es más fácil que a una gran empresa y esto es un grave problema tributario

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Cantidad o calidad. Si hablamos a nivel fiscal, en lo que a inspecciones tributarias se refiere se tendría que llegar a un equilibrio. Es necesario que las pequeñas empresas sepan que en cualquier momento les pueden realizar una inspección, porque son la mayoría de nuestro país, pero también las grandes tienen que sentir el ojo de Hacienda sobre sus cuentas. Porque inspeccionar a una pyme es más fácil que a una gran empresa y esto es un grave problema tributario.

Hay un sistema que muchos consideran perverso de incentivar a los inspectores para que realicen su trabajo y premiarles en función de la cantidad de irregularidades que logren hacer aflorar. No tiene nada de malo en sí mismo, es un buen método en el que «todos» salen ganando.

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Las grandes empresas tienen expertos fiscales como asesores

Pero aquí topamos contra la complejidad de inspeccionar a una gran corporación. Mientras que una pyme difícilmente va a tener a su servicio a alguien lo suficientemente capacitado para rebatir el criterio del inspector a la hora de imponer una sanción, las grandes empresas suelen tener en nómina a asesores fiscales muy cualificados que están dispuestos a rebatir y pleitear tanto como sea necesario.

Es necesario dotar de más medios a la inspección

Esto que implica, que el incentivo que puede tener un inspector por hacer aflorar irregularidades de una gran empresa puede que lo cobre o no. Porque tiene que estar muy seguro y aun así, es muy posible que dicha empresa decida recurrir a la justicia hasta las últimas instancias. Dicho de otra manera, tardará en tener un sentencia firme unos cuantos años.

Y la realidad es que el criterio de la Inspección no siempre tiene la razón, o al menos no tiene toda la razón. Pero muchas empresas no están seguras de hacer todo tal y como marca el criterio inspector y prefieren ceder, pagar y quitarse de encima este problema que tener a alguien revisando sus últimos ejercicios.

La cuestión es que debe existir un criterio o una política de incentivos diferente a la hora de lograr que los responsables de la mayor parte de las irregularidades fiscales, que se atribuyen según los propios Inspectores a las grandes empresas, se puedan perseguir de forma efectiva.

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Para ello también se necesita más personal, porque un inspector encargado de una investigación a una gran empresa puede estar años tirando del hilo y tratando de desenmarañar su telaraña fiscal. También una mayor preparación del cuerpo de Inspección.

Es una de las reformas pendientes dentro de la administración. Hacer que su personal vaya allí donde realmente se necesita, ya que hasta hace bien poco gran parte de sus recursos estaban enfocados a la atención al ciudadano y con la administración electrónica ya no son tan necesarios. Pero no se pasa en un día de recoger un formulario y tramitarlo a un puesto técnico de la noche a la mañana.