Imagina que eres conductor de un autobús urbano, paras a hacer tu descanso correspondiente en cabecera y cuando vuelves el bus ha desaparecido: alguien se lo ha llevado puesto. Es justo lo que pasó a un ‘autobusero’ del servicio de transporte público de Hamilton (Canadá).
Lo curioso es que el hombre que secuestró el autobús hizo diligentemente el servicio: se detuvo en las paradas y hasta le negó el viaje a un usuario por tener el título caducado. El autobús era además articulado, de casi 20 m, al que no le hizo rasguño alguno.
Autobusero por un día
La policía de Hamilton (Hamilton Police Service – HPS) detalla este surrealista capítulo en un comunicado. Ocurrió este martes 11 de noviembre, al borde de las 21:00. El conductor paró en la terminal de MacNab en el centro de esta ciudad de Ontario y fue al baño durante su descanso, antes de seguir con el servicio. Al volver, el autobús ya no estaba.
Fue cuando un hombre de 36 años, se subió al autobús, se sentó en el asiento del conductor y se puso en marcha, haciéndose pasar por trabajador del Hamilton Street Railway (HSR). El falso conductor estuvo 15 minutos a los mandos del vehículo de transporte público, intentando seguir más o menos la ruta.
Fue deteniéndose en la paradas, y los pasajeros bajaron y subieron del bus con total normalidad. Uno de ellos no tenía un título válido, alertó la máquina canceladora, así que no le permitió viajar. Cuando empezó a equivocarse en la ruta, los usuarios empezaron a sospechar: uno le dio indicaciones de por donde tenía que ir.

Mientras, al no ver el autobús, el verdadero conductor llamó a la policía. Los agentes lo rastraron gracias al sistema GPS del vehículo, lo que también ha permitido reconstruir la ruta que siguió. Lo hicieron con prudencia, sin activar los luminosos ni la sirena, ya que siempre hubo al menos una decena de pasajeros a bordo durante este amable secuestro. «No queríamos asustarlo y que esto se convirtiera en una tragedia». Finalmente, en una de las paradas, detuvieron al impostor.
«El autobús quedó intacto. Hizo un trabajo excelente. Es cómico, pero a la vez serio. Agradecemos que nadie resultara herido», comentó el portavoz de la policía, Trevor McKenna, según recoge CBC. Tiene mérito: el autobús era articulado extralargo, de más de 18 m, por lo que maniobrar por las calles a sus mandos no era tarea fácil.
Su pulcro hacer al volante no le eximirá de castigo: ha sido acusado de robo de bienes de alto valor (más de 5.000 dólares), obstrucción a la autoridad y conducir con el carnet suspendido. Sí, para colmo no le habían quitado la licencia, aunque no especifican si de autobús o meramente de coche. Además, la policía informó que no tenía domicilio fijo y que podía ser una persona con problemas de salud mental.
Imágenes | Hamilton Street Railway (HSR)
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