Colonia Caroya. ¿Cuál es la verdad del cierre del Súper Uno?
La noticia que impactó esta semana se dio en medio de miles de versiones, algunas más fidedignas que otras, y con poca información oficial.
Los rumores del cierre crecieron con fuerza el pasado fin de semana, pero nadie imaginaba que sería tan precipitado.
El lunes, las dos sucursales administradas por los hermanos Raúl y Daniel D´olivo abrieron con normalidad, por la mañana.
Varios de los empleados terminaron sus turnos y regresaron a sus hogares a almorzar sin saber lo que pasaría minutos después.
A las 13:30, uno de los dueños habló con un grupo reducido de trabajadores en el supermercado del Lote XV y les confirmó lo peor: todos quedaban sin empleo desde ese momento.
Los del turno tarde se encontraron con las puertas cerradas y la orden de no permitirles ingresar.
Todos recurrieron al Centro de Empleados de Comercio, lugar al que el abogado de Súper Uno S.A. llevó la lista de 63 despedidos y argumentó, en forma oral, que el cierre se debió a “disminución de rentabilidad, caída de las ventas, disminución de trabajo y demás complicaciones financieras y comerciales”.
Los trabajadores no creyeron eso: aseguraban que el súper movía mercadería en cantidades “normales” y que nunca hubo un pre aviso de una posible crisis.
El momento fue, cuanto menos, “bizarro”. Es que el mismo Sindicato debió informar en una reunión quiénes estaban en esa lista y quienes “zafaban”.
Casi todos los despedidos corresponden a los supermercados de Av. San Martín y de Bº La Florida.
Los que quedaron fueron algunos administrativos y varios de los empleados que trabajan en la planta de distribución de YPF, en Sinsacate.
Día clave.
A pedido del Intendente Gustavo Brandán, el ministro de Trabajo de Córdoba, Omar Sereno, intervino en el conflicto.
La delegación local del Ministerio convocó a la patronal y al Sindicato para conocer la realidad del despido de 63 personas y se encontró, nuevamente, con una explicación oral de “problemas financieros”.
En ese marco, emplazó a D´olivo a reabrir el supermercado y reincorporar a los empleados, ya que no hay ninguna documentación legal que constate que Súper Uno S.A. está en proceso preventivo de crisis.
La audiencia pasó a un cuarto intermedio hasta hoy a las 12:30. Los directivos deberán presentar un plan de reapertura o el estado de la empresa que justifique la drástica decisión que dejó sin fuente laboral a 38 vecinos de Colonia Caroya y 25 de Jesús María.
Por ahora, nadie de la empresa habló y el único que “off the record” mencionó algo fue el abogado de la firma, quien trató el tema como “una reducción de personal” y no como una quiebra.
Pero, ¿qué hay detrás del cierre intempestivo de una firma con tanta trayectoria y prestigio en la región?
Por ahora, mucho hermetismo y miles de versiones, como dice el título de esta nota.
¿Súper Uno S.A. era algo más que una superficie de venta de productos y de combustible a campo?
¿Qué otras actividades administraba la empresa?
¿Algún otro rubro provocó el colapso financiero de toda la firma y lo terminaron pagando los trabajadores del supermercado?
¿Hay más perjudicados en esta historia además de los que quedaron sin empleo?
16-11-2018