Partiendo
de
la
base
de
si
lo
quieres
para
enchufarlo
a
una
toma
de
pared
o
del
coche
y
ya
afortunadamente
todos
los
teléfonos
(incluidos
las
últimas
generaciones
de
los
iPhone)
disponen
de
puerto
USB-C
por
normativa
europea,
se
abre
un
mundo
de
posibilidades
para
comprar
un
adaptador
de
carga
en
forma
de
tecnologías,
voltajes
y
más.
Por
supuesto,
hablamos
de
carga
rápida,
es
decir,
de
un
adaptador
de
corriente,
pero
los
cargadores
inalámbricos
también
tienen
su
aquel.
Porque
desde
que
los
cargadores
no
vienen
en
la
caja
de
los
teléfonos,
nos
vemos
en
una
disyuntiva:
aprovechar
los
adaptadores
que
tenemos
por
casa,
lo
que
suele
suponer
renunciar
a
la
carga
rápida
(en
tanto
en
cuanto
son
más
antiguos
y
probablemente
de
otras
marcas)
o
aprovechar
esta
tecnología
a
costa
de
pasar
por
caja
y
comprar
un
nuevo
cargador.
Pero
acertar
no
es
fácil.
Lo
más
fácil:
compra
el
cargador
original
Que
un
teléfono
venga
sin
cargador
no
significa
que
no
exista
un
adaptador
ideal:
haberlo,
haylo
y
seguramente
el
propio
fabricante
lo
comercialice
por
separado.
Así
que
si
no
quieres
complicarte
con
tecnologías,
compatibilidades,
marcas
y
parámetros
eléctricos,
lo
más
sencillo
es
meter
en
el
carrito
móvil
y
adaptador
y
olvidarse.
O
comprarlo
después.
De
voltios
y
amperios:
mira
la
ficha
técnica
y
compara
La
carga
rápida
de
un
móvil
hace
referencia
a
la
potencia
que
va
a
soportar,
medida
en
Watios,
que
a
su
vez
se
trata
de
una
unidad
fruto
de
multiplicar
Voltios
por
Amperios.
Este
repaso
de
conceptos
del
instituto
tiene
todo
el
sentido
del
mundo
porque
vamos
a
tener
que
descubrir
de
qué
potencia
es
esa
carga
rápida
y
después
buscar
un
cargador
de ‘X’
Voltios
e ‘Y’
Amperios
intentando
que
el
producto
de
X
por
Y
de
esa
potencia.
Lo
vemos
más
fácil
con
un
ejemplo:
si
soporta
27W,
un
cargador
de
9V
y
3A
es
una
buena
opción.
De
hecho,
no
tiene
sentido
comprar
uno
que
cargue
más
rápido:
si
el
adaptador
entrega
60W,
seguirá
cargando
a
lo
máximo
permitido.
Una
excepción
a
esta
explicación:
puedes
comprar
un
cargador
con
PD
o
USB
Power
Delivery
que,
si
tu
móvil
es
compatible
con
esta
tecnología,
el
adaptador
adaptará
la
carga
a
la
potencia
máxima
permitida
por
tu
teléfono.
En
mi
caso
por
ejemplo
tengo
un
cargador
PD
de
65W
que
lo
mismo
me
sirve
para
cargar
mi
portátil
que
mi
móvil
y
mi
tablet.
¿Dónde
viene
ese
dato
de
carga
rápida
máxima
soportada?
Normalmente
aparece
en
la
trasera
de
la
caja
del
móvil,
pero
también
en
su
página
de
la
web
del
fabricante,
en
sus
manuales
y
hasta
en
la
propia
ficha
que
medios
como
Xataka
hacemos
de
los
terminales.
¿Qué
tecnología
de
carga
rápida?
Ojalá
solo
fuera
cuestión
de
multiplicar
para
dar
con
la
tecla,
pero
no.
Las
cargas
rápidas
suelen
tener
apellidos.
Lo
bueno
es
que
hay
tecnologías
de
carga
rápida
compatibles
con
las
tecnologías
de
otros
fabricantes.
Mencionaba
más
arriba
lo
de
Power
Delivery
porque
es
un
estándar
muy
extendido
que
merece
la
pena
para
tener
un
cargador
para
todo.
A
partir
de
aquí,
nuevamente
toca
fijarse
en
la
ficha
técnica
para
descubrir
qué
tecnología
de
carga
rápida
soporta:
más
allá
del
estándar
relativamente
popular
de
PD
hay
otros
específicos
de
marcas
y
fabricantes
como
Qualcomm
Quickcharge,
MediaTek
Pump
Express,
VOOC
de
OPPO,
Warp
Charge
de
OnePlus,
Turbo
Charge
de
Xiaomi,
SuperSonic
de
realme…
Resumen:
una
imagen
vale
más
que
mil
palabras

Lo
que
veis
sobre
estas
líneas
es
la
caja
de
mi
Google
Pixel
8a.
En
la
esquina
inferior
derecha
vemos
que
el
teléfono
soporta
de
7,5
hasta
27W
y
que
admite
USB
PD,
por
lo
que
un
cargador
power
delivery
que
entregue
al
menos
27W
es
buena
opción.
A
partir
de
aquí,
dependerá
de
si
quieres
una
o
más
tomas,
la
confianza
que
te
ofrece
la
marca…
por
ejemplo,
este
sería
una
buena
opción.
Portada
|
Foto
de
Mika
Baumeister
en
Unsplash
En
Xataka
Android
|
Carga
rápida
por
cable
o
inalámbrica:
velocidades
máximas
y
cuál
es
mejor
para
la
batería
de
tu
móvil