Aunque
lo
de
Android
Puro
pasó
a
la
historia
y
ni
siquiera
la
propia
Google
lo
aplica
en
sus
Pixel,
tiene
todo
el
sentido
del
mundo:
una
cosa
es
buscar
una
interfaz
minimalista
para
lograr
una
mejor
experiencia
en
términos
de
usabilidad
y
otra
muy
diferente
quedarse
sin
aplicaciones
y
útiles
gestos
que
pueden
resultar
diferenciales
frente
a
otras
marcas
y
capas.
Además,
ya
no
es
tanto
una
cuestión
de
potencia,
ya
que
hasta
móviles
relativamente
baratos
tienen
músculo
suficiente
para
mover
apps
y
funciones.
Así,
en
realidad
tiene
más
lógica
hablar
de
Android
limpio,
un
concepto
al
que
los
Google
Pixel
se
acercan
ofreciendo
precisamente
una
experiencia
minimalista
pero
no
mínima.
Eso
sí,
hay
vida
más
allá
de
Google
Pixel
y
merece
mucho
la
pena.
Después
de
todo
y
a
diferencia
de
otros
fabricantes
como
Xiaomi,
la
empresa
de
Mountain
View
lanza
pocos
móviles
y
estos
son
de
gama
alta
y
media.
Tomando
como
referencia
únicamente
la
ficha
técnica
y
especialmente
cuando
alguien
busca
lo
mejor
en
calidad
precio
en
presupuestos
ajustados
suelo
recomendar
marcas
como
Xiaomi
o
Realme,
pero
a
título
personal
la
experiencia
de
uso
de
sus
respectivas
capas
de
personalización
(HyperOS
y
Realme
UI
respectivamente)
las
siento
demasiado
densas.
Sí,
hay
unas
cuantas
apps
que
vienen
preinstaladas
a
las
que
no
les
saco
demasiado
partido,
pero
en
general
encuentro
demasiados
ajustes
y
procesos
de
configuración
tan
amplios
que
enrevesan
la
experiencia.
Aunque
la
tendencia
generalizada
en
diseño
es
el
minimalismo
desde
hace
años,
desde
China
suele
apostarse
por
el
barroco.
Hay
una
excepción,
una
que
merece
mucho
la
pena
y
es
mi
favorita:
Motorola.
Mi
capa
favorita
de
Android
es
HelloUI:
en
la
gama
de
entrada
me
parece
una
característica
diferencial
Sin
embargo,
Motorola
ha
sabido
mantener
su
esencia
evolucionando
con
el
tiempo
con
su
HelloUI.
No
es
un
Android
puro
porque
¿quién
tiene
Android
Puro
hoy
en
día?
Ya
hemos
visto
que
ni
la
propia
Google.
Pero
Moto
ofrece
una
capa
de
personalización
limpia
cercana
a
la
de
Google.
Esto
en
general
es
una
buena
idea
con
modelos
de
gama
media
y
alta,
pero
si
nos
vamos
al
barro
de
la
gama
de
entrada
es
providencial
porque
allí
no
hay
Pixel
que
valga.
Si
además
quien
va
a
usar
el
teléfono
es
alguien
no
muy
tech,
agradecerá
no
tener
que
dar
tantas
vueltas.
No
obstante,
servidora
ama
la
tecnología
y
prueba
unos
cuantos
terminales
a
lo
largo
del
año
y
agradezco
enormemente
lo
simple
que
luce.
Ojo,
insisto:
es
no
es
que
no
venga
con
bloatware
como
las
aplicaciones
de
Meta
o
Booking,
pero
hay
apps
propias
otras
de
lo
más
interesantes
como
Moto
Unplugged
para
evitar
distracciones,
Smart
Connect
para
vincular
el
móvil
con
un
PC
y
hasta
la
opción
de
crear
wallpapers
con
IA.
Y
lo
mejor,
sus
magníficos
gestos
hace
que
la
experiencia
suba
de
nivel,
sirva
como
ejemplo
el
agitar
para
encender
la
linterna.
Lo
dicho:
no
es
Android
Stock
(porque
ya
no
lo
hay),
pero
consigue
un
equilibrio
ofreciendo
un
software
atractivo
y
funcional
bastante
limpio.
A
nivel
visual
no
es
puro
AOSP,
pero
sí
bastante
similar:
panel
de
notificaciones,
panel
de
ajustes
rápidos,
launcher…
o
lo
fácil
e
intuitivo
que
resulta
modificar
ciertos
ajustes
sin
liarte
con
mil
menús.
Está
claro
que
para
gustos
los
colores,
pero
en
el
ecosistema
Android
llevo
años
decantándome
por
los
Pixel
no
solo
por
ser
los
niños
bonitos
de
Google
en
cuanto
a
actualizaciones
y
funciones
propias,
sino
también
por
esa
experiencia
de
menos
es
más.
Pero
los
Pixel
de
Google
no
están
solos:
Motorola
es
una
excelente
alternativa
y
además
su
propuesta
en
la
gama
de
entrada
es
sólida.
Portada
|
Enrique
Pérez
En
Xataka
Android
|
Qué
fue
de
Android
One,
el
Android
puro
con
dos
años
de
actualizaciones
que
conquistó
nuestros
corazones
y
se
fue
sin
despedirse