China
ha
dado
pasos
importantes
hacia
la
reducción
de
su
dependencia
de
tecnologías
occidentales,
impulsada
por
las
actuales
tensiones
geopolíticas
con
el ‘bloque
occidental’:
la
guerra
de
los
chips
en
torno
a
procesadores
y
a
las
tarjetas
gráficas
es
testigo
de
ello.
También
en
Occidente
han
surgido
esfuerzos
para
desligar
a
sus
usuarios
de
la
tecnología
china
(ahí
tenemos
la
polémica
en
torno
a
TikTok).
La
estrategia
de
China
para
reducir
su
dependencia
de
tecnologías
extranjeras
se
ha
intensificado
en
los
últimos
años.
En
2022,
el
gobierno
chino
aprobó
la
Directiva
79,
que
ordena
a
las
empresas
estatales
reemplazar
el
software
propietario
extranjero
con
versiones
desarrolladas
localmente
para
2027.
Este
plan
forma
parte
de
una
estrategia
mucho
más
amplia
destinada
a
aumentar
la
autosuficiencia
tecnológica
del
país
y
reducir
los
riesgos
de
seguridad
que
Pekín
asocia
con
la
dependencia
de
software
extranjero.
Pero,
a
pesar
de
los
ambiciosos
esfuerzos
de
China
por
reducir
su
dependencia
de
las
tecnologías
occidentales,
hay
un
producto
tecnológico
de
producción
estadounidense
cuyo
liderazgo
apenas
se
ha
visto
mermado
en
los
últimos
años,
y
que
probablemente
no
lo
sea
aún
por
un
tiempo.
Hablamos
del
nicho
de
los
sistemas
operativos,
donde
Microsoft
aún
predomina
en
China
tanto
como
a
nivel
global.
De
hecho,
cuando
hace
unos
meses
el
Ministerio
de
Industria
y
Tecnología
de
la
Información
de
China
prohibió
la
venta
de
nuevos
chips
AMD
e
Intel
dentro
de
sus
fronteras,
se
conformó
con ‘desalentar’
el
uso
de
Windows.
Aparentemente,
la
propia
Administración
pública
china
buscaba
contar
con ‘margen
de
maniobra’
al
respecto.
La
transición
completa
a
software
y
hardware ‘made
in
China’
requerirá
no
sólo
el
desarrollo
de
tecnologías
competitivas,
sino
también
la
superación
de
la
inercia
institucional
Hace
dos
semanas,
la
división
china
de
Microsoft
anunciaba
un
nuevo
acuerdo
con
Tencent
(los
desarrolladores
de
la
gran
‘aplicación
de
aplicaciones’
china
WeChat)
para
hacer
accesibles
las
aplicaciones
Android
de
la
compañía
china
en
el
escritorio
de
Windows.
Pero
recurrir
a
un
acuerdo
con
Microsoft
para
ello,
aunque
facilite
las
cosas,
no
era
una
necesidad.
De
hecho,
teniendo
en
cuenta
la
apuesta
del
régimen
de
Pekín
por ‘deswindowsizar’
su
flota
de
ordenadores,
el
lanzamiento
de
dichas
apps
para
Windows
podría
verse
como
un
esfuerzo
innecesario.
Pero
lo
cierto
es
que,
el
mercado
chino
de
PCs
de
escritorio,
Windows
era
y
sigue
siendo
un
recurso
indispensable.
Pese
a
la
dificultad
para
acceder
a
cifras
fiables
sobre
la
penetración
de
Windows
en
dicho
mercado,
algunos
analistas
lanzan
estimaciones
de
hasta
el
80%:

APPS
WINDOWS
2020
GRATIS
Los
17
MEJORES
PROGRAMAS
para
tu
PC
OpenKylin,
la
alternativa
que
por
ahora
no
lo
es
China
avasalla
en
el
sector
de
los
dispositivos
móviles,
pero
Windows
sigue
atrincherado
en
la
fortaleza
del
escritorio,
pese
a
los
esfuerzos
del
régimen,
que
hace
sólo
un
año
lanzaba
un ‘sistema
operativo’
(en
realidad,
un
Linux
muy
personalizado)
de
código
abierto
llamado
OpenKylin
(evolución
de
Kylin
OS)
con
el
propósito
expreso
de
reducir
la
dependencia
de
Windows.
A
pesar
de
sus
aspiraciones,
OpenKylin
ha
sido
criticado
por
ser
un
mal
remix
de
Ubuntu:
cero
innovación,
y
mal
acabado.
El
igualmente
chino
Deepin
Linux
hubiera
sido
una
mejor
opción,
probablemente.
Además,
hace
11
meses,
la
base
de
usuarios
de
OpenKylin
no
llegaba
a
los
900.000.
Ahora,
sigue
sin
alcanzar
el
millón
y
medio.
Eso,
en
un
país
de
más
de
1.400
millones
de
habitantes,
viene
a
ser
una
gota
en
el
océano.
El
objetivo
de
China
es
depender
de
tecnología
propia,
no
de
tecnología ‘open
source’.
Lo
segundo
sólo
es
un
puente
hacia
la
primero
En
resumen
En
resumen,
hay
varios
factores
que
explican
por
qué
China
sigue
siendo
tan
dependiente
de
Windows:
-
Robustez
del
ecosistema
Windows,
que
hace
que
sea
una
opción
difícil
de
reemplazar
de
a
corto
plazo:
Muchas
aplicaciones
críticas
y
procesos
empresariales
están
diseñados
específicamente
para
funcionar
con
Windows,
lo
que
crea
una
barrera
significativa
para
la
transición
a
otros
sistemas
operativos. -
El
desarrollo
de
sistemas
operativos
locales
aún
no
ha
alcanzado
la
madurez
y
popularidad
necesarias
para
competir
con
Windows,
a
pesar
de
los
esfuerzos
del
gobierno
chino.
OpenKylin,
por
ejemplo,
se
basa
en
gran
medida
en
Ubuntu,
una
distribución
de
Linux,
y
aunque
ha
sido
promocionado
como
una
solución «independiente»,
en
realidad
es
más
un
remix
de
tecnologías
preexistentes
(dependiente
de
proyectos
de
código
abierto
occidentales)
que
una
innovación
completamente
nueva.
Imagen
|
Marcos
Merino
mediante
IA
En
Genbeta
|
China
acaba
de
lanzar
una
IA
open-source
que
promete
ser
superior
a
la
de
Meta.
Sobre
todo
en
programación