En
los
libros
aparecen
con
toda
naturalidad,
pero
cuando
llega
el
momento
de
reproducirlos
en
un
documento
de
Word,
un
correo
electrónico
o
un
simple
chat,
la
cosa
cambia.
Hablamos
de
esos
símbolos
tipográficos
que
forman
parte
del
buen
uso
del
idioma
—la
raya
de
diálogo,
las
comillas
angulares,
los
puntos
suspensivos
como
carácter
único,
o
el
apóstrofo
tipográfico—
y
que,
sin
embargo,
no
tienen
un
acceso
directo
en
el
teclado
estándar.
El
resultado
suele
ser
una
sucesión
de
apaños:
guiones
dobles
(--)
en
lugar
de
rayas,
tres
puntos
seguidos
(...)
en
vez
de
los
puntos
suspensivos
reales,
o
las
comillas
rectas
(» «)
usadas
como
sustitutas
universales.
Para
el
ojo
entrenado,
estos
“parches”
(que
no «parches»)
se
notan
y
empobrecen
el
texto.
Repasemos,
así,
los
principales
símbolos
que
se
encuentran
en
esa
situación,
para
qué
sirven,
por
qué
conviene
usarlos
bien
y
—lo
más
práctico—
cómo
escribirlos
en
Windows,
macOS
y
Linux.
La
estrella
del
diálogo:
la
raya
(—)
Es
uno
de
los
más
buscados
por
quienes
escriben
narrativa.
La
raya
larga
o
de
diálogo
(Unicode
U+2014,
también
llamada
em
dash)
no
debe
confundirse
con
el
guion
(-),
ni
con
la
semirraya
(–).
En
español,
la
raya
larga
se
utiliza
en
acotaciones,
o
en
cada
intervención
de
un
personaje
durante
un
diálogo:
—¿Vas
a
venir?
—preguntó
Marta.
Hasta
ahora,
en
Windows
solo
era
posible
escribirla
recurriendo
a
combinaciones
de
teclas
poco
intuitivas
como
Alt
+
0151
(requiere
teclado
numérico),
mientras
que
en
Mac,
la
combinación
⌥
Option
+
⇧
Shift
+
-
lo
resolvía,
mientras
que
en
Linux
se
logra
con
la
tecla
Compose
(Compose).
+
-
-
-
La
buena
noticia
es
que
recientemente
Microsoft
ha
anunciado
la
inminente
llegada
de
un
nuevo
atajo
oficial
para
insertar
este
símbolo
en
Windows
11.
Según
anunció
Microsoft,
el
acceso
directo
ya
se
está
probando
en
las
compilaciones
de
prueba
(canal
Dev)
y
llegará
a
todos
los
usuarios
a
lo
largo
de
2025:
«A
partir
de
ahora,
al
presionar
WIN
+
Menos
(-)
se
insertará
una
semirraya,
y
al
presionar
WIN
+
Mayúsc.
+
Menos
(-)
se
insertará
una
raya
de
diálogo.
Nota:
si
estás
usando
la
Lupa,
WIN
+
Menos
(-)
seguirá
reduciendo
el
zoom
de
la
Lupa
en
lugar
de
insertar
una
semirraya».
Un
alivio
para
quienes
hasta
ahora
recurrían
a
trucos,
macros
o
la
eterna
función
de
copiar
y
pegar.
La
semirraya
(–):
un
signo
discreto
pero
útil
Menos
conocida,
pero
igual
de
necesaria,
es
la
semirraya
(Unicode
U+2013,
en
dash).
Se
usa
para
rango
numérico
(1939–1945)
o
para
contraposiciones
(Madrid–Barcelona).
En
Windows
se
obtiene
con
Alt
+
0150
(y,
en
breve,
con
el
nuevo
método
explicado
arriba),
en
Mac
con
,
⌥
Option
+
-
y
en
Linux
con
.
Compose
+
-
-
Los
puntos
suspensivos
(…)
Aunque
en
el
teclado
lo
habitual
es
que
escribamos
tres
puntos
seguidos,
en
realidad
existe
un
carácter
único
para
los
puntos
suspensivos
(Unicode
U+2026).
La
diferencia
es
más
que
estética:
el
espaciado
se
comporta
de
forma
correcta
y
evita
cortes
extraños.
-
Windows:
.
Alt
+
0133 -
Mac:
.
⌥
Option
+
; -
Linux:
.
Compose
+
.
.
.
Las
comillas
que
mandan
en
español:
«
»
Las
comillas
angulares
o
latinas
(Unicode
U+00AB
y
U+00BB)
son
las
recomendadas
por
la
RAE.
Sin
embargo,
la
mayoría
termina(mos)
usando
las
tipográficas
o
inglesas
(“
”)
o
incluso
las
rectas
(» «).
-
Windows:
Alt
+
0171
para
«
y
Alt
+
0187
para
». -
Mac:
se
insertan
desde
el
Visor
de
caracteres
(Ctrl).
+
Cmd
+
Espacio -
Linux:
Compose
+
<<
→
«
y
Compose
+
>>
→
».
Las
comillas
tipográficas
“
”
y
el
apóstrofo
’
Aunque
el
teclado
nos
ofrece
solo
comillas
rectas,
en
tipografía
se
usan
las
comillas
curvas:
“
”
(dobles)
y
‘
’
(simples).
El
apóstrofo
tipográfico
es
en
realidad
este
último
carácter
(’),
y
no
la
comilla
recta.
En
Windows
se
logran
con
combinaciones
Alt
(0147,
0148,
0145,
0146)
y
en
Mac
con
atajos
que
involucran
la
tecla
.
Option
Al
menos
en
Word,
Google
Docs
y
Pages
es
posible
activar
la
opción
de
“usar
comillas
tipográficas”
para
que
la
sustitución
se
haga
de
forma
automática.
Símbolos
menos
frecuentes
pero
importantes
-
§
(signo
de
párrafo):
aparece
en
textos
legales
y
referencias. -
¶
(calderón
o
pilcrow):
usado
en
edición
para
marcar
párrafos. -
≤,
≥,
≠,
±:
habituales
en
textos
científicos
y
técnicos. -
Flechas
(→,
←,
↔):
recurrentes
en
manuales
y
esquemas. -
Viñetas
y
dagas
(•,
†,
‡):
notas
y
listados. -
Interrobang
(‽):
una
curiosidad
editorial
que
mezcla
“?”
y
“!”.
Todos
ellos
se
insertan
con
atajos
Alt
en
Windows,
Option
en
Mac,
o
secuencias
Compose
en
Linux.
Los
recursos
universales:
paneles
y
buscadores
No
hace
falta
memorizar
docenas
de
atajos
para
cada
símbolo:
los
sistemas
operativos
modernos
incluyen
paneles
de
caracteres
ocultos
que
permiten
acceder
a
todo
el
repertorio
tipográfico
con
apenas
un
par
de
teclas.
Dos
opciones
en
Windows

-
Panel
de
emojis
y
símbolos:
con
Win
+
.
(tecla
Windows
+
punto)
se
abre
una
pequeña
ventana
flotante.
Allí
no
solo
están
los
emojis:
si
cambias
de
pestaña
encontrarás
secciones
para
símbolos
de
puntuación,
flechas,
signos
matemáticos,
letras
griegas,
etc.

-
Mapa
de
caracteres
clásico:
accesible
desde
el
menú
inicio
buscando
Mapa
de
caracteres.
Es
más
rudimentario,
pero
útil
para
copiar
cualquier
carácter
Unicode.
Visor
de
caracteres
en
macOS
Con
Ctrl
+
Cmd
+
Espacio
se
abre
un
menú
emergente
que
-
Incluye
categorías
(puntuación,
flechas,
matemáticos,
emojis). -
Permite
buscar
por
nombre
(en
inglés:
guillemet,
ellipsis,
em
dash). -
Muestra
además
variantes
tipográficas
del
mismo
carácter
(p.
ej.
distintos
estilos
de
comillas). -
Menú
desplegable
permanente:
puedes
fijar
el
Visor
en
la
barra
de
menús
para
tenerlo
siempre
accesible
con
un
clic. -
Sustituciones
automáticas:
en
Preferencias
del
sistema
>
Teclado
>
Texto,
puedes
crear
atajos
personalizados
(por
ejemplo,
escribir
--
y
que
se
convierta
en
—).
Una
cuestión
de
estilo
En
un
chat
informal,
probablemente
nadie
se
queje
de
ver
tres
puntos
seguidos
o
un
doble
guion.
Pero
en
literatura,
periodismo,
investigación
académica
o
comunicación
profesional,
el
cuidado
tipográfico
marca
la
diferencia.
Respetar
la
raya
en
un
diálogo,
usar
las
comillas
adecuadas
para
cada
ocasión
o
escribir
los
puntos
suspensivos
como
corresponde
no
es
un
capricho
estético:
es
escribir
con
rigor,
del
mismo
modo
que
lo
hicieron
los
tipógrafos
que
diseñaron
los
libros
que
leemos.
Y
ahora,
con
la
llegada
de
atajos
más
accesibles
—como
el
que
prepara
Microsoft
para
la
omnipresente
raya
de
diálogo—,
las
excusas
empiezan
a
agotarse.
Imagen
|
Marcos
Merino
mediante
IA






































